Antes de Drácula, fue Carmilla…

Pocos personajes más conocidos que Drácula, pero curiosamente casi nadie sabe de la existencia de su antecedente directo, una mujer vampiro… La literatura es un constante ir y venir de influencias, plagios y reescrituras, de los cuales casi siempre es posible encontrar antecedentes y referencias, incluso en el caso de las obras maestras más reconocidas. La famosa novela gótica Drácula (1897) es un ejemplo perfecto: una de sus más claras e importantes influencias, escrita 25 años antes, es la novela corta Carmilla, de Joseph Sheridan Le Fanu, escritor irlandés que hoy se encuentra en el olvido. Poca gente sabe que antes del Conde Drácula, arquetipo del vampiro moderno y referencia inevitable cuando se habla de estos seres sobrenaturales, existió una joven mujer llamada Carmilla, una vampiresa con preferencias homosexuales. Sheridan Le Fanu estudió leyes, para posteriormente dedicarse al periodismo y a la escritura. Nació en Dublín en 1814, descendiente de…

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Relato – Artesanos

“Así es. Pobre Marianna, buscando a su marido, sola en el ancho mundo”, respondió Paulo, mostrando desprecio y amargura en su tono burlón. Isouda se giró hacia el Magister, que estaba sentado tranquilamente en su lado habitual frente al tablero de ajedrez. Sus rasgos patricios nunca dejaban de llamarle la atención, aunque estuviera enfadada con él. Sin embargo, no era momento de disfrutar de su belleza. “Cuando pierdas a un ser querido y comprendas ese pesar podrás reírte de la desgracia ajena. Me perdonarás si no me uno a ti en tu chanza; Marianna es una hermana tanto por Dios como por mi clan, por muy ridículo que eso te parezca”. “Por supuesto, mi dama. Mis disculpas”. Avanzó una casilla el peón del rey blanco y la miró expectante. La mujer volvió a fruncir el ceño (la falta de sinceridad de su disculpa no quedaría así, pero se ocuparía de…

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Relató – Las Serpientes

Hubo un débil movimiento a espaldas de Ankhesenaten, en la cámara principal de la tienda. Este reconoció las pisadas sigilosas de Goreb, su guardaespaldas en jefe. Con otra genuflexión, Ankhesenaten retrocedió atravesando la estrecha entrada de la cámara y se volvió hacia sus siervos reunidos allí. La cámara principal de la tienda se dedicaba a los asuntos mundanos del día, dispuesta como cualquier otra en un mercado en Francia: presidida por un brasero inclinado rodeado por sillas bajas de madera y taburetes alrededor. En una esquina trasera se encontraban una mesa pequeña y una silla de respaldo alto, para anotar en los libros y hacer cuentas. A lo largo de las paredes se amontonaban cofres de cedro y hierro. En la parte de atrás de la tienda, tras pesados cortinajes, se encontraba también una cama plegable cubierta de mantas y pieles. Cuando el mundo creía que Ankhesenaten dormía, un guardaespaldas…

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