Ciudades y asentamientos del Este II

Transilvania Nocturno: Ciudades y asentamientos del Este II (BOHEMIA I)

Muerde hambriento el paisaje y digiérelo, envuélvelo en cada gota de su sangre.

— Antonin Slaviceck, un artista de Praga

Entre los brazos del Sacro Imperio Romano, Polonia y Hungría, el pequeño reino de Bohemia se encuentra en una cuenca central protegida por las montañas. Los picos son escarpados y están cubiertos de bosques, pero pocos superan los 1.300 metros. Estos bosques, hogar de salvajes manadas Lupinas y bárbaros Gangrel, encierran los escasos enclaves civilizados de Bohemia. Praga, la capital, desafía a los bosques que la rodean.
La ciudad es un centro de aprendizaje, comercio, arquitectura, religión y magia, que algún día se ganará el título de “ciudad de las mil agujas” y la posición de capital del Sacro Imperio Romano.

PRAGA

Esta torva ciudad de piedra une cinco viejas poblaciones. El río Vltava, un tributario del Elba, divide Praga en dos y te proporciona transpone, comida (incluyendo salmón y diversas aves acuáticas) y agua para mover los molinos. Las zonas más bajas sufren frecuentes inundaciones: se ha previsto para combatirlas la construcción de diques de piedra que impidan la inundación anual. El río define los cinco distritos de Praga, cada uno de los cuales corresponde a un asentamiento anterior, y cada uno confinado tras sus propias paredes oscuras. Sólo un puente cruza el Vltava, pero el río se congela durante los tres meses más fríos del año (de diciembre a febrero), permitiendo el puso a pie o a caballo. El Castillo de Praga (Prazsky Hrad) se alza en oscura grandeza desde un promontorio que domina el lado oeste del Vltava. La localidad de Hradcany creció en torno suyo, y ahora se extiende hacia el norte y el nordeste. Bajo el promontorio, a la sombra del ominoso castillo, se encuentra el Pequeño Barrio (Mala Strana) al que se llega por unas empinadas y retorcidas escaleras: es una zona de artesanos y trabajadores agrícolas, que ocupa la tierra de las colinas que van descendiendo hasta el río. En la ribera opuesta, al sur, se encuentra el imponente edificio de Vysehrad, construido sobre terreno rocoso. Bajo Vysehrad hay tres zonas recientemente (l160) incorporadas a la ciudad. La primera es la que está más al norte, el Barrio Judío (Josefov), un laberinto que ocupa el rincón formado por un meandro del río. Justo al sur (río arriba) del Barrio Judío está la Ciudad Vieja (Stare Mesto), una activa zona comercial que alberga la universidad. Más al sur, bajo la sombra de Vysehrad, está la Ciudad Nueva (Nove Mesto) que busca convertirse en el centro del comercio local. Las fortificaciones de piedra de la Ciudad Vieja ya han tomado forma, mientras que la Ciudad Nueva aún está cuestionando su soberanía. Cada área tiene un ambiente distinto, basado en sus residentes, sus ocupaciones y sus creencias religiosas. Cada una respalda también a un Cainita que reclama la zona y supervisa su bienestar, respondiendo sólo ante el príncipe Ventrue, Rudolf Brandl. Tras los incendios que devastaron varias partes de la ciudad, todas las estructuras son ahora de piedra. Oscuras y húmedas casas en estrechas callejones empedrados, y moradas más grandes que se apiñan en patios tras imponentes portales. La pesada arquitectura románica predomina, con arcos curvos y portones que aíslan diversas porciones de la ciudad. Aunque las casas suelen tener cornucopias en las paredes exteriores, se encienden algunas antorchas para ayudar a quienes recorren las retorcidas calles de la ciudad por la noche. Los pozos de negrura dan paso a sombrías luces cerca de los castillos y posadas de la Ciudad Vieja y la Nueva. El castillo y las porciones exteriores del Pequeño Barrio están doblemente fortificados frente a los ataques de lobos, bandidos e invasores. Las paredes que siguen el curso del río sólo se interrumpen en los cruces cerca del Puente de Judith. La Ciudad Vieja y Josefov descansan tras muros de piedras tan fuertes, pero no tan altos, como los que rodean al Castillo de Praga. Pero la Ciudad Nueva no ha completado todavía sus fortificaciones. La construcción de los diques ha elevado la ciudad unos tres metros por encima del antiguo asentamiento celta.

En una pequeña zona de la Ciudad Nueva se está construyendo una iglesia con un nuevo estilo llamado “gótico”. Sus arcos apuntados y contrafuertes flotantes permiten que su aguja se eleve hacia los cielos. Este estilo se convertirá en el rasgo más propio de la ciudad a lo largo de los siglos siguientes, cuando miles de airosas agujas se eleven por encima de los melancólicos muros.

DESCRIPCIÓN

Praga se alza sobre siete colinas, extendiéndose a ambos lados del Vltava como una gran araña de piedra. La mayor parte de la ciudad está rodeada por altas murallas, incluyendo una imponente fortaleza a cada lado del río. El Puente de Judith, una estructura de arcos de piedra lo bastante ancha como para permitir el paso de seis carretas, une ambas partes de la ciudad. Las mercancías que llegan a que llegan y parten son descargadas o contadas, gravadas y guardadas sobre los diques de tres metros para ser vendidas después en el mercado de la Ciudad Vieja. Ya suban desde la orilla del río o crucen el Puente de Judith, los viajeros deben pasar bajo las puertas vigiladas, entrando en la Ciudad Vieja (en la ribera este) o en el Pequeño Barrio (en el oeste). La Ciudad Vieja descansa sobre una tierra más llana, y sus calles son más anchas que las del Pequeño Barrio. Las puertas de la Ciudad Vieja conducen a las laberínticas calles del Barrio Judío (al noroeste) y a las zonas abiertas y sin fortificar de la Ciudad Nueva (al sur).

CASTILLO DE PRAGA Y HRADCANY

El Castillo de Praga es una vasta y adornada fortaleza que incluye docenas de edificios, conectados mediante pequeños y mal iluminados pasadizos y escaleras que llevan de un nivel a otro. Las salas del castillo parecen tropezar unas con otras sin orden ni razón: una sala de trofeos conduce a un dormitorio que, a su vez, tiene una escalera de caracol que lleva a una bodega. Las salas públicas chocan con las privadas. Sólo unas pocas insignias dispersas identifican los laberínticos pasillos que llevan a la corte o al patio exterior. Las escaleras bajan desde el piso principal a un rellano donde otra escalera sube a otro nivel dos pisos más arriba Un laberinto de habitaciones, aparentemente parte de un apartamento mayor, va a dar a una descuidada torre que domina las fortificaciones inferiores. Y sólo quienes están muy familiarizados con e1 castillo pueden recorrer los pasadizos ocultos que conectan un lugar con otro. Los ángulos extraños prevalecen en la estructura.

Extrañas obras de arte representando rostros angustiados, miembros retorcidos y demoníacas figuras agazapadas adornan las paredes en grotescos frisos. En las paredes cuelgan tapices para paliar el frío que invade el castillo. Hay adornados hogares para el fuego, ennegrecidos porque no se ha previsto ninguna salida para el humo, mientras fuegos más pequeños proporcionan calor a las salas internas del castillo.

El diseño y la construcción parecen obra de un loco. La familia Premysl vive con comodidad en su fortaleza, con la seguridad de saber que sus enemigos deben encontrarles en el interior antes de actuar contra ellos.

La Basílica y el Convento de San Jorge se encuentran también en el interior de los imponentes muros de piedra del palacio real. Las enormes torres gemelas de la basílica se alzan tras el castillo. Su oscuro interior alberga las tumbas de varios miembros de la familia Premysl, incluyendo la de Boleslao II, tras una adornada reja. También dentro están la diminuta Iglesia de Nuestra Señora (una capilla del siglo IX construida por el Príncipe Borivoj) y la Rotonda de San Vilo, que alberga el relicario enjoyado y cubierto de oro del Brazo de San Jorge. Una vez al año en la fiesta de San Vito, se permite que las “almas ensombrecidas” (incluyendo unos pocos Malkavian) entren en la rotonda para asistir a los ritos de la locura. Hay hileras de casitas construidas en los arcos de las murallas, algunas con pisos que no llegan al metro de alto. Los orfebres viven en estos minúsculos lugares, trabajando las riquezas de las minas de la segunda ciudad de Bohemia, Brunn. La Calle del Oro está según el rumor llena de alquimistas que trabajan en la transformación del plomo en oro para los Premysl. En realidad, los alquimistas locales viven y trabajan en un tranquilo callejón en Hradcany. Los Tremere mantienen una pequeña capilla secreta en una calle cercana. El Castillo y la Calle del Oro están patrullados a todas horas. Otros guardias vigilan las Torres Blanca y Negra, las entradas del castillo. Unas empinadas escaleras bajan a izquierda y derecha, llevando al río a través del Pequeño Barrio. Una pequeña localidad ha ido desarrollándose junto al muro exterior del castillo: Hradcany alberga numerosos establecimientos de artesanos y los hogares de quienes trabajan en el castillo (nobles menores, criados y guardias). También está el Monasterio de Strahov, fundado en el año 1140 por los austeros Premonstratensianos.

Un centro de aprendizaje, el gran monasterio dispone de una famosa biblioteca, la mejor de Bohemia (y del mundo, según muchos), con abundantes obras teológicas y filosóficas. El Libro de los Evangelios de Strahov, un manuscrito del siglo IX cubierto de joyas y representaciones doradas de santos y un crucifijo, es uno de los volúmenes más apreciados. También hay rumores acerca de otros títulos más siniestros: el Libro de Nod, el Ciclo de Lilith, y las Revelaciones de la Madre Oscura. Nadie sabe la verdad, y los Premysl no hacen comentarios. El Monasterio de Strahov comparte su huerto con el monasterio Capadocio de la Colina de Petrin, aunque los monjes de Strahov están en una bendita ignorancia de la verdadera naturaleza del Abad Garinol Cappadocius.

PEQUEÑO BARRIO

El Pequeño Barrio empieza justo bajo las fortificaciones del Castillo de Praga, derramándose por una serie de colinas hasta el Vltava. Sus angostas y empinadas calles albergan los hogares de ceramistas, joyeros, carpinteros, carreteros, herreros, vinateros, y los vendimiadores y jardineros que trabajan las tierras de cultivo bajo el Castillo de Praga. Como gran parte de la población es analfabeta, las casas y tiendas se identifican mediante carteles coloreados que representan el comercio del local o un símbolo de la familia residente. La Iglesia de Nuestra Señora Tras la Cadena es la más vieja del distrito, construida por Vladislav II y entregada a la orden cruzada de los Caballeros de San Juan. El fortificado monasterio que rodea la iglesia custodia la ruta hasta el Puente de Judith. El nombre de la iglesia se debe a la cadena usada para cerrar el portón del monasterio. Hay tres molinos en la Isla de Kampa, una parte del Pequeño Barrio entre el Vltava y un ramal del río conocido como la Corriente del Diablo. El mayor de los tres es el Molino del Gran Prior, que muele grano para los ocupantes del castillo y los Caballeros de San Juan. Hay floridos jardines en la isla, que también es usada por los habitantes para lavar sus ropas y blanquear lino. El lugar más reconocible del Pequeño Barrio es su Plaza, originalmente una plaza de mercado junto a la muralla exterior del Castillo de Praga. El mercado quedó dividido cuando los comerciantes construyeron tiendas en el centro: la sección inferior se convirtió en un lugar de castigo, con patíbulos y picotas. La Calle del Puente conduce a la Plaza y baja hasta el Puente de Judith, El Obispo de Praga tiene una casa en una tranquila calle junto a las del Puente, con una vista de la Ciudad Vieja a través del río. Cerca del límite sur del Pequeño Barrio, la Iglesia de San Lorenzo se alza sobre un antiguo santuario pagano. Algunos residentes del Pequeño Barrio susurran que todavía hay secretos ritos paganos en las entrañas de la iglesia en las noches de luna llena. Supuestamente, el distrito está bajo el control de un Capadocio, una de las razones por las que hay tantas iglesias. En realidad lo dominan los Caballeros de San Juan, que patrullan las calles y asisten a los necesitados.

CIUDAD VIEJA

La Ciudad Vieja surgió en torno a una gran plaza que ha sido usada como mercado desde el siglo X. La Plaza de la Ciudad Vieja es el corazón del distrito, y de ella sale una red de calles, iglesias y casas. Aunque está fortificada, la Ciudad Vieja tiene 13 entradas, la mayoría cerradas con portones y torres cuando cae la noche. Las puertas más hacia el sur llevan a la Ciudad Nueva, otra conduce al Puente de Judith y otra más al Barrio Judío, Aunque no está bajo la sombra del Castillo de Praga como el Pequeño Barrio, la oscura piedra de sus elevadas murallas exteriores y sus torcidas calles provocan una sensación de claustrofobia a visitantes y residentes. Las estructuras más altas se ciernen sobre las casas, bañándolas en una sombra perpetua.

La Calle Celetna, una de las más antiguas de Praga, sale desde la puerta oriental para recorrer la vieja ruta comercial de Bohemia. Celetna es el nombre que se da a los rollos de pan cocidos en la calle. También puede encontrarse a carniceros aquí: se dice que algunas noches ventosas es posible ver al fantasma de un carnicero con una feroz hacha, y que quienes se topan con esta aparición son encontrados sin cabeza a la mañana siguiente. Esta calle se encuentra con la Karlova, un retorcido curso de casas y tiendas que es la ruta principal a través de la Ciudad Vieja. La Iglesia de San Nicolás, cerca del muro que encierra el Barrio Judío, sirve como sala comunal e iglesia parroquial del distrito. Recién construida, la Gran Universidad promete los estímulos intelectuales durante tanto tiempo negados al Este. Los cursos de latín, religión, filosofía y los clásicos atraen a estudiantes de toda Europa, no sólo a los de tierras orientales. Se eleva como un resplandeciente faro de esperanza en la misteriosa “ciudad de la magia”.

BARRIO JUDÍO

Dos comunidades de judíos, una occidental y la otra de Bizancio, se establecieron en Praga, mezclándose poco a poco en el confín noroeste de la ribera derecha del Vltava. Aunque originalmente se les permitió construir sus tiendas a lo largo de los caminos a la Ciudad Vieja y el Pequeño Barrio, muchos fueron empujados al pequeño gueto amurallado a principios del siglo XII. Los muros fueron construidos para cerrar la plaza y el laberinto de calles que salía de la misma, aislando a los judíos del resto de la ciudad y apiñándolos en un mismo sitio. Los judíos tienen prohibido comprar o vender en las plazas del mercado de la Ciudad Vieja y el Pequeño Barrio. Las puertas que dan al Barrio Judío quedan cerradas los domingos. Algunos judíos trabajan campos fuera de la ciudad, pero muchos ofrecen servicios de todo tipo, desde herreros hasta prestamistas. Al contrario que los cristianos, los judíos no tienen prohibido prestar con interés, y algunos residentes son bastante ricos. Criados en una tradición de saber y conocimiento, hay muchos más judíos cultos que cristianos. Varios escribanos montan puestos en la plaza del mercado y hacen un buen negocio. También hay muchos eruditos en el gueto, algunos de los cuates salen cuando se abren las puertas por la mañana para impartir clases en la Universidad. La mayoría de los residentes no sale de noche, aunque sin saber qué es lo que temen. Un aire de misterio y melancolía pesa sobre el Barrio Judío, afectando por igual a visitantes y residentes. Dos edificios constituyen el corazón del distrito. El primero es la Vieja Sinagoga, que se alza en el centro del gueto sobre las casas y tiendas cercanas. Construida con piedra de color crema pálido, el interior está decorado con relieves, candelabros de bronce y escudos de la Torah bañados en plata. Es un lugar de culto para los judíos del rito occidental, cuyas casas y tiendas rodean la sinagoga. Una acogedora vivienda cerca de la sinagoga es el hogar del líder espiritual de los judíos occidentales, el Rabino Mordecai ben Judah. Enfurecido por las persecuciones de los cristianos y los ataques de los Cainitas a su pueblo, ben Judah, un gran erudito, Cabalista y mago de talento, ha creado un golem al que envía a patrullar las calles del gueto durante la noche. Este muñeco viviente es capaz de asombrosas hazañas de fuerza. Habiendo cobrado vida gracias a las tablillas místicas de arcilla puestas en su boca, el golem obedece las órdenes del rabino… por ahora. Mordecai no lo sabe, pero el golem está animado por un esbirro de Kupala, un espíritu que le hace matar a cualquier gentil que entre de noche en el gueto. El rabino apenas tiene control sobre el golem, y este se va haciendo más independiente cada noche. Otra fuerza vigila también el gueto: Josef Zvi, el Nosferatu. El otro edificio notable es la primera sinagoga de Praga, conocida como la Stara Skola o Vieja Escuela. Esta sinagoga es el corazón de la comunidad de los judíos del rito oriental, que aún viven estrictamente apartados de sus correligionarios occidentales. La Vieja Escuela tiene un estilo moro, algo pareado a la Alhambra. Como la Vieja Sinagoga, destaca en la sombría y oscura ciudad. En el extremo del gueto se encuentra el Cementerio Judío. Las gastadas lápidas atestiguan su antigüedad. Retorcidos árboles descuelgan sus ramas sobre parte del desigual terreno, en algunos sitios tocando las lapidas,que están mezcladas de una forma tan laberíntica como las calles del distrito. Como hay tan poco espacio, lastumbas están unas encima de otras. La ley religiosa prohibe cavar tumbas: se añade una nueva capa de tierra según se va necesitando. Las viejas lápidas son elevadas a la nueva altura y puestas lo más cerca posible de su antiguo sitio, con un resultado final bastante caótico. Una escalera oculta, disimulada como una tumba olvidada en el rincón oriental del cementerio, conduce al refugio subterráneo del Nosferatu judío Josef Zvi.

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