Las Hadas de Knockgrafton

Una leyenda de la región de Glengarrigh al sur de Erin, menciona las peripecias de un joven jorobado, de nombre Lushmore, a quien las hadas ayudaron en su defecto físico, como premio a su buena disposición para con ellas.

El pobre Lushmore, a quien llamaban así porque siempre llevaba una ramita de digital en su sombrero de paja, regresaba una tarde del pueblo de MacCurragb, cuando el cansancio y el dolor de su jorobalo obligaron a recostarse a la sombra de un roble, junto a la entrada del Brugh de Knockgrafton, el cual tenia fama en la región de ser morada de las hadas de los túmulos de aquella zona.

Ya casi se había adormecido cuando una extraña canción, que no parecía entonada por gargantas humanas, pareció emanar del interior de la tumba. Alelado y asustado, Lushmore prestó atención a la canción, percatándose de que de la impecable interpretación, la letra estaba compuesta por solo dos frases: “Da Luan, Da Mart (el lunes, el martes), que se repetían 3 veces seguidas, separadas por un breve interludio de silencio.

Luego escuchaba varias veces en el silencio subsiguiente Lushmore introdujo la frase “Angus de Cadine” y también el miércoles). En un tono y cadencia perfectamente ajustados a la melodía. Esa vez la tonada no se reanudo de inmediato, por lo que Lushmore comprendió que las hadas estaban deliberando, y aguardo nerviosamente su reacción, hasta que un hada se separó del grupo y le dijo:

Cantor, cantor: no tengas dolor.
La joroba mayor que causaba pavor
en tu espalda, señor,
se secó como flor.
Mírala sin temor
en el suelo, cantor.

Y cuando Lushmore, que sentía una desusada liviandad entre sus hombros, bajo la vista al suelo, su alegría no tubo limites al ver entre sus pies, arrugados como una flor marchita, los restos de su joroba.
Alzo los ojos al cielo, agradeciendo al Santísimo y, aun conturbado por su cambio, emprendió el camino de regreso a su pueblo, vestido con un traje recién confeccionado por las hada, que le ajustaba como un guante.

Pro una aldea pequeña como Glengarrigh no es lugar ideal para guardar un secreto, y al dia siguiente de presentarse en publico sin su joroba, Jack Malden, un vecino u vecino suyo que adolecía del mismo defecto, pero que además era artero, egoísta y envidioso, emprendía el camino hacia el Brugh, en busca de alivio.

Pero al escucharla música de las hadas, ahora con la inclusión de Lushmore, Jack no pudo controlar su impaciencia e interrumpió su canto fabuloso con una frase de su propia cosecha, aunque desafinada y fuera de ritmo, con lo que su versión sonó algo así como: “Da Luan, Da Mart; da Luan, da Mart, augus da Cadine da Hena” ( y el jueves); pero apenas había terminado de salir la ultima palabra de su boca, cuando una fuerza irresistible lo levanto de su sitio y lo arrastro dentro del túmulo, donde las hadas se congregaran amenazadoras a su alrededor, chillando y gruñendo como poseídas, hasta que una que parecía llevar la voz cantante se acerco al muchacho y le dijo:

Jack Madden, Jack Madden!
Tus letras invaden nuestra melodía
que es toda alegría.
Si aquí te trajimos, fue por que oímos,
pero tu ventura, será tu desventura
Pues no nos arrobas, tendrás dos jorobas

Con lo cual el insolente joven fue condenado a cargar con la joroba de Lushmore, a causa de lo cual murió poco después de regresar a su casa, sumiendo a sus padres en la mas negra desesperación, provocada por su envidia desmedida.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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