Casas – Diablos

“Sígueme, y te daré lo que desea tu corazón. Adórame, y te convertiré en un dios”. Los Heraldos, la primera creación y la más perfecta de Dios, portaban el estandarte del Señor, llevando Su luz a todos los rincones de la Creación. Ellos, primeros entre todos los ángeles, eran los líderes y los príncipes de los Celestiales, radiantes ejemplos de todo lo que era glorioso y recto a los ojos de Dios. Ante todo, el deber de la Primera Casa consistía en transmitir la voluntad del cielo a las Casas de la Hueste, darles instrucciones acerca de su papel evolutivo en la creación del cosmos. Los Diablos cargaban orgullosos con esta enorme responsabilidad, apareciéndose a sus compañeros sólo cuando era absolutamente necesario, pero la libertad de alterar el rumbo del cosmos a discreción, se convirtió en una fuente de soberbia que contribuyó a la Caída. Cuando hubo culminado finalmente el…

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Casas – Malefactores

“Sé cuánto has sufrido. Aquí tengo algo que hará que tu vida vuelva a ser mejor”. Al tercer día, Dios separó los mares de la tierra, y cedió el suelo a un selecto grupo de ángeles. Estos Celestiales, llamados Artífices, gobernaban —y amaban— la tierra y todo lo que en ella habitaba. Recibieron el don de la afinidad con la tierra, las gemas y la roca; con los fuegos que ardían bajo la superficie de la tierra; y sobre todo, con el metal. Los Artífices recibieron asimismo la responsabilidad de enseñar a la humanidad a usar la tierra: labrar los campos, extraer los metales y forjar las herramientas que necesitarían para dar forma a su mundo. Los ángeles se aplicaron a su tarea gustosos, ansiosos por compartir su amor por la tierra con sus protegidos. Pero la humanidad no estaba preparada para asumir tamaña responsabilidad. Intentaron utilizar los milagrosos instrumentos…

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Saber del Resplandor

• Voz del Cielo Esta evocación permite al demonio hablar con una voz semejante al trueno, o con los tonos perfectos y nítidos de una campanilla de cristal. La claridad y el poder de las palabras del demonio exigen atención inmediata y obligan incluso a la mente más obnubilada a detenerse y atender a lo que tenga que decir el antiguo espíritu. Sistema: Tira Manipulación + Liderazgo. El Diablo puede utilizar esta evocación para afectar a todo aquel que se encuentre en un radio de 10 veces su Fe en metros (dificultad 8), o concentrarse en un solo individuo (dificultad 6). El jugador podría dar una sola orden al individuo, que optará entonces a resistirse superando una tirada de Fuerza de Voluntad. Si la víctima consigue menos éxitos que el Diablo, deberá acatar su orden de inmediato. Cuando hable el Diablo, su voz se oirá claramente por mucho ruido ambiental…

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Casas – Perversos

“Tienes preguntas, mi buen amigo, pero ¿estás preparado para las respuestas?” Al principio, Dios diseñó los grandes engranajes del Cielo para regular el cosmos. La órbita de cada estrella y planeta ocupaba el radio de una rueda dentada, un volante celestial que unía otros mecanismos para configurar un dispositivo enorme e interdependiente. Los firmamentos se dividían en una intricada tracería de órbitas, elipses, períodos y constantes, un diseño imposiblemente vasto que desafiaba la comprensión absoluta. Los videntes capitaneaban estas grandes órbitas y circuitos. Sabían cuándo y dónde estaría todo, ya fuera dentro de un día o a mil años vista. Regulaban los medios según los cuales afectaría el Cielo a la Tierra, dirigiendo las mareas gracias a las fases de la luna y girando la Tierra para provocar el cambio de estación. De todos los ángeles, no obstante, ellos se contaban entre los más alejados de la humanidad. Amaban a sus…

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Saber de la Llama

• Alimentar El domino de los Diablos sobre las llamas les permite alimentar fuegos ya existentes con el poder de su Fe, convirtiendo una simple fuente de calor en un infierno desatado con un mero pensamiento. Sistema: Tira Resistencia + Supervivencia. Si hay alguna fuente de fuego o calor dentro de un radio de tantos metros como puntos de Fe tenga el Diablo, éste podrá aumentar su tamaño en 1000 cm2 por éxito. Tormento: Los Diablos monstruosos alimentan la fuerza del fuego existente, más que su dimensión. Cada éxito aumenta en uno el nivel de daño letal del fuego. Consulta la página 221, en el capítulo dedicado a los Sistemas, para saber más sobre el fuego y sus efectos. •• Prender El dominio del fuego, fuerza fundamental de la Creación, permite al Diablo inspirar su existencia a voluntad. Sistema: Tira Resistencia + Supervivencia. Esta evocación permite al Diablo provocar que…

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Saber de los Celestiales

• Faro de fe Esta evocación permite al Diablo detectar la presencia de mortales o de otros demonios en su entorno, provocando que su reserva de Fe destelle como un faro visible sólo para él. Los individuos refulgirán con una pálida luz azul cuya intensidad variará en función de la fuerza de su Fe, mientras que los objetos inanimados perderán su color, tornándose siluetas oscuras. Sistema: Tira Percepción + Alerta. Esta evocación afecta a todos los seres vivos de un radio en metros igual a la Fe del personaje. Los demonios que sean objeto de esta evocación (y conscientes de su empleo) podrán resistirse a sus efectos superando una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 8). Los éxitos extra permiten al personaje detectar estos faros de Fe a través de obstáculos sólidos, lo que posibilita que descubra individuos ocultos. Para ver a través de una pared interior o una puerta…

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Casas – Corruptor

“Puedo enseñarte cosas que te maravillarán. Sólo tienes que darme la mano y cambiaré tu vida para siempre”. Antes de que hubiera tierra siquiera, los grandes océanos llenaban el mundo. Los ángeles que dominaban este reino vasto y poderoso eran llamados Nereidas, y se contaban entre las creaciones más hermosas de Dios. Ellos eran los númenes y las musas, y sus poderes resonaban con las pasiones que conducían al arte y las búsquedas del conocimiento y la verdad. Las Nereidas debían inspirar a la humanidad, seducirla con misterios y espolearla para que se atreviera a explorar el mundo y descubrir sus numerosos prodigios ocultos. Eran el espíritu del anhelo personificado, siempre incitante, pero siempre fuera del alcance. Su poder les proporcionaba la mejor comprensión de los deseos humanos, pero el designio de Dios aseguraba que las vastas extensiones marinas se interpusieran siempre entre ellos. No hubo de pasar mucho tiempo…

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Casas – Azote

“Nada podrá protegerte eternamente, así que no te preocupes por la eternidad. Preocúpate por el aquí y el ahora”. Antes de la Edad de la Furia, los Guardianes desempeñaban un papel envidiable en el Paraíso. Se les había confiado la trasmisión del sagrado Aliento de Vida, y su deber los mantenía muy cerca de su adorada humanidad. Mejor aún, era su deber proteger a todos los seres que animaban. Donde otro ángel podría haberse sentido culpable por rozar la frontera del incumplimiento de sus órdenes de no interferir, los Ángeles del Viento cumplían estrictamente con su deber cuando observaban ensimismados a los humanos a los que consideraban en secreto hijos suyos, así como de Dios. Pero aun cuando sentían el placer de la presencia de la humanidad, sentían aún más el dolor de la frustración de los mortales. Su proximidad era tormento y júbilo a un tiempo, y la tensión…

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Linea de Sangre – Baali

Hasta los monstruos tienen su hombre del saco, y los Vástagos no son una excepción. Los Sires procuran evitar que los Neonatos se emborrachen de su poder como vampiros, y una de las maneras es explicarles qué tipos de poderes malvados y tortuosos los aguardan en la oscuridad. Los Baali son uno de tales poderes. La historia (o la leyenda tal vez) cuenta que el Chiquillo de un Antediluviano pactó con fuerzas más allá de la comprensión humana para guerrear contra los trece Clanes. Tomó el nombre de Baal-el-Destructor, y dirigió sus ejércitos contra la Segunda Ciudad. La batalla fue terrible, y nadie que se encontrase en su camino pudo librarse: Diablos y Vástagos fallecieron por igual. Pero los Baali y sus impíos aliados fueron derrotados y huyeron, y con el paso de los milenios pasaron de la memoria a la leyenda, como una fábula con moraleja. Sin embargo, los…

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