Apócrifo Brujah – La era de la purificación

Sabio Sire, no temáis. Los francos y los lombardos no son tan bárbaros como habíamos supuesto, aunque debo admitir que son un pueblo tumultuoso. Profesan una gran fe hacia el Santo Padre cuando les conviene, pero se regodean en la herejía y la violencia cuando su ambición lo requiere. Tal y como acordamos, he venido a Roma, el quebrado corazón de piedra de Occidente, para estudiar su espíritu. Esta es la conclusión de un amplio viaje que ha abarcado desde el Bosque Negro hasta Irlanda. He estudiado el estado de nuestro Clan en Occidente. Mi siervo porta otro volumen de observaciones, enumeradas reino a reino, prestando especial atención a la presencia de nuestro Clan en Toulouse. Su enfoque filosófico es una excepción. Con mayor frecuencia, los nuestros beben con profusión el vino de la desavenencia occidental. Los mortales desesperados les piden protección. Elementos ambiciosos entre el ganado buscan compañeros conspiradores contra reyes débiles. Nuestros hermanos ebrios de poder sirven a todos ellos.

El estado de occidente podría compararse con el de un chucho que ha aguantado demasiados golpes de su dueño. Los hombres que golpean a sus perros de esa forma se dicen a sí mismos que lo hacen para inculcarles disciplina, pero pronto se encuentran con que es imposible entrenar a sus bestias, pues se estremecen y huyen cada vez que sus amos alzan su mano por cualquier razón. No debemos olvidar que incluso el ganado tiene una longeva memoria en forma de tradiciones pasadas de padre y madre a hijo. Es en ese sentido que me recuerdan a Roma. Mediante alguna innominada enfermedad del alma, muchos de ellos saben que una vez fueron esclavos que rechazaron cualquier gobierno real. El autoproclamado Emperador de Occidente gobierna mediante el poderío militar, negociando con duques y clérigos. La paradoja del chucho apaleado es que, aun siendo imposible de entrenar, nunca es realmente libre, puesto que es el miedo, y no la razón, el que inspira su rebeldía. Aun así, debemos reconocer que ya no es esclavo del hombre, sino del miedo.

Nuestros hermanos occidentales, Abrazados entre tales, se recrean en su rabia personal y aprovechan las oportunidades que pueden obtener de mortales que se cansan de sus señores, pero faltos de espíritu, no pueden construir nuevas vidas para sus seguidores. Sin embargo, han comenzado a comprender sus faltas, informados por los filósofos que han redescubierto tras sus Cruzadas. Yo, que por vuestra gracia llegué a la Sangre en vuestro ininterrumpido linaje de eruditos, comprendo ahora mi propósito. El Clan de los Filósofos debe ser puesto a prueba y entrenado. Solo entonces probarán ser dignos de cambiar el orden de las cosas.

Una secta de Paulicianos 1, llamados cátaros por sus enemigos en la Iglesia Occidental, proporciona una oportunidad, aunque su fe simple debe unirse más profundamente con el pensamiento griego. Utilizaré tales principios para inspirar a nuestros primos occidentales. Les enseñaré cómo controlar el deseo desbocado y resistir mediante la sabiduría contra las falsedades de la lujuria y la ambición indisciplinada. Los chuchos indomables serán destruidos, pero esto fortalecerá a los Brujah. Para ellos y para nuestros enemigos, la era que se avecina parecerá llena de trastornos, aun cuando el estado actual de las cosas ya sea complicado. Me ofrezco a mí misma a causa de toda la agitación que causo.

Aquella llamada TRACIA, del linaje de Procet, Critias, Menelao y Troile, y del Antediluviano Filósofo.

1: Los Paulicianos son una agrupación cristiana que aparece en la zona de Armenia en el siglo VII y que se desarrolla en Anatolia y los Balcanes en los siglos posteriores alcanzando gran predicamento y siendo los antecesores de los bogomilos.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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