La verdadera naturaleza de un hombre lobo se forma mucho tiempo antes de su Primer Cambio. Si uno de sus padres es humano, crecerá en la sociedad humana, aprendiendo las costumbres de los hombres. Si uno de sus padres es un lobo, será criado por lobos y la sociedad humana será un misterio para él. En casi todos los casos, uno de los padres será un Garou. Que la Forma natural de la madre sea humana o lupina determinará su Raza. También es posible que nazca un hombre lobo de dos padres humanos o que sea la cría de una pareja de lobos si la sangre Garou es fuerte en la familia.
Sin embargo, como hemos mencionado, las probabilidades de que esto suceda son mucho menores. Existen tres Razas en la sociedad Garou: Homínido, Lupus y Metis.
Hominido
Un hombre lobo Homínido crece en la sociedad humana, pero nunca llega a integrarse realmente en ella. Los hombres lobo antes del Cambio, como hemos mencionado, son propensos a problemas de comportamiento y rarezas sensoriales que los hacen extraños. Entienden que la sociedad humana tiene unas normas y un conjunto de ciertas expectativas, pero a menudo las encuentran extrañas, injustas e incluso molestas.
Algunos lo ocultan mejor que otros, pero el resultado final es que, cuando finalmente llega el Cambio, entre la sangre, la muerte y la Rabia, una parte del hombre lobo siente alivio al encontrarse al fin con su Pueblo. Esto no quiere decir que la transición sea fácil. Años de educación y adoctrinamiento en el mundo humano tardan en desaparecer, y el cómo ha sido criado un hombre lobo puede marcar una gran diferencia. Si, por ejemplo, el padre o la madre del hombre lobo era Parentela (y lo sabía), el Cachorro podría tener las cosas un poco más fáciles. Puede que el padre Pariente no se lo haya revelado todo, sino que simplemente haya inculcado a su hijo el amor y el respeto por el mundo natural. Entender, incluso en términos abstractos, que Gaia puede ver y sentir lo que hace la gente, puede hacerlos sentir menos culpables y atenuar el horror que acompaña al Cambio y que el Garou vea exactamente cuánto daño están haciendo los humanos a la Madre Tierra.
No obstante, algunos Garou sienten que, aunque los humanos casi han asesinado al planeta, también son la única especie de éste que puede salvarlo. Así, para que los Garou puedan tener un impacto significativo, deben ser capaces de moverse en los círculos humanos. Ya que los hombres lobo Homínidos son los mejor equipados para entender y trabajar en la sociedad humana y que son claramente la mayoría de los Garou, algunos de ellos sienten que deberían ser, por defecto, los líderes de los hombres lobo. Es un tema de discusión en la mayoría de las Tribus, ya que el número dicta los líderes. Pero el efecto de este desequilibrio es obvio. Los Garou están perdiendo el contacto con su sangre de lobo, y esto sólo puede ser el heraldo del desastre para el Pueblo.
Lupus
Un hombre lobo Lupus es el hijo de un lobo y un Garou o, más raramente, la cría de dos lobos Parentela. Es raro, aunque se ha oído hablar de ello, que varios lobos de una misma camada nazcan puros. Actualmente, sin embargo, cada hombre lobo Lupus es una bendición. La ratio de hombres lobo Lupus frente a Homínidos es aproximadamente de uno a ocho.
Los Lupus, como los Homínidos, entienden desde la niñez que son diferentes. Antes del Cambio, los Lupus tienden a ser más inteligentes que sus compañeros de manada, aunque no alcanzan la inteligencia y las capacidades humanas para resolver problemas hasta el Cambio.
Una vez sucede, desarrollan la capacidad de pensamiento abstracto y lenguaje simbólico, lo que puede ser o bien un tremendo alivio o bien un terrorífico bombardeo de ideas e información. Cuando un hombre lobo Lupus Cambia, debe de pasar de las preocupaciones relativamente simples de los lobos (comida, agua, refugio, apareamiento) a las consideraciones sociales mucho más llenas de matices de ser Garou, sin olvidarnos del trato con la humanidad.
Tanto humanos como lobos son animales sociales, y el hecho de que la humanidad utilice lenguaje corporal sutil no es, en sí mismo, demasiado chocante. Sin embargo, los pequeños detalles tienden a ser difíciles. Un lobo enseña los dientes para mostrar dominio o iniciar un desafío. Los humanos enseñan los dientes para mostrar que están a gusto unos con otros o indicar placer. Los lobos se saludan oliéndose y los humanos hacen sonidos y se tocan las manos. Cuando un humano va de una cultura a otra debe aprender las costumbres de la nueva cultura o será señalado inevitablemente como extranjero. Los Garou Lupus tienen garantizado ser vistos como forasteros cuando entran en la sociedad humana. Al fin y al cabo fueron, literalmente, criados por lobos.
El lenguaje es una enorme barrera para los Lupus. Los lobos se comunican, pero, incluso si tuvieran lo que se pueda llamar un “lenguaje”, no funciona de la misma manera que lo hace el lenguaje humano. Un humano junta una serie de sonidos aleatorios y les asigna un significado, y el Lupus debe aprender primero ese concepto antes de acercarse al concepto de “nombre”. No es extraño, entonces, que los Lupus se muestren cautelosos y nerviosos entre Garou Homínidos e incluso más entre humanos.
A pesar de su torpeza (y peligro, cuando su miedo viene acompañado de la Rabia natural de los hombres lobo), los Lupus poseen una comprensión del mundo natural que los Homínidos no pueden esperar entender. No idealizan las tierras vírgenes, simplemente las entienden. La naturaleza no tiene un plan, simplemente es, y vivir en ella significa conocer sus cambios y sus ritmos. Los Garou Homínidos pueden aprender esto, pero no tienen el instinto que tienen los Lupus.
Los Lupus son muy conscientes de que son una Raza moribunda. Desde su perspectiva, los humanos son los mayores culpables y los Homínidos son sus cómplices. Aunque un Lupus puede elegir unirse a una manada con hombres lobo de otras Razas, unos pocos prefieren pasar tiempo con los de su propia especie. Muchos de estos Lupus pertenecen o bien a la Tribu de los Garras Rojas, conocida por sus políticas genocidas hacia la humanidad, o al menos están de acuerdo con su filosofía. Incluso un Lupus que confíe en los Homínidos de su manada puede verse superado por la llamada de la naturaleza. Puede confiar su vida a sus compañeros de manada pero, aun así, sentir añoranza por la compañía de los lobos.
Metis
La Nación Garou podría tener un verdadero ejército de guerreros en pocos años. La descendencia de dos hombres lobos, al fin y al cabo, siempre resulta ser un hombre lobo. Crecen con un conocimiento instintivo de la sociedad Garou y el mundo espiritual, así como una afinidad con el Cambio de Forma. Parece una solución sencilla. Excepto, claro, por el hecho de que el hijo de dos hombres lobo, un Metis, siempre está deformado de alguna manera. Algunos nacen sin un miembro, otros desfigurados y horrendos, y otros incluso nacen locos. Además, estos hombres lobo siempre son estériles, lo que significa que no pueden traspasar el “don” de los Garou. Pese a ello, podría pensarse que, contra el hecho de que el Wyrm destruya el mundo, criar unos cientos de deformes niños guerreros podría ser un negocio rentable.
Cruel, sí, pero hay que ver lo que está en juego. Sin embargo, el mayor desafío al que se enfrentan los Garou Metis no es la deformidad o la esterilidad. Es, simplemente, que miles de años de tradición Garou los marcan como indignos, como abominaciones, como el vergonzoso resultado de la debilidad de dos hombres lobo. En tiempos pasados, tanto los hijos Metis como sus padres eran condenados a muerte o, en el mejor de los casos, al ostracismo y expulsados de sus clanes de origen. En la actualidad, la aceptación de los Garou Metis es común en todas las Tribus excepto entre los Garras Rojas (aunque algunas son más tolerantes que otras).
Los Metis pueden, incluso, reclamar posiciones de liderazgo en algunos clanes, lo que habría sido impensable tan sólo unas generaciones atrás. Los hombres lobo tradicionalistas ven esto como un signo de que el Apocalipsis está realmente próximo. Los Garou más progresistas apuntan que a los humanos les llevó mucho tiempo llegar a la noción de que los discapacitados no debían ser simplemente apartados y abandonados para que murieran.
Los Metis nacen en Forma Crinos y pueden sufrir el Primer Cambio en cualquier momento desde su primer año de vida hasta llegar a la pubertad. Por esta razón, son criados dentro del clan, alejados de los ojos humanos. Esto les da la ventaja de estar versados en las tradiciones de la sociedad Garou cuando estén preparados para afrontar el Rito de Iniciación, y no es extraño que puedan aprender Ritos simplemente observándolos (en el supuesto de que les dejen hacerlo).
No obstante, esto no significa que su vida sea fácil. Con pocas excepciones (Moradores del Cristal e Hijos de Gaia, principalmente), pese a que los clanes modernos les permiten vivir, desde luego no los miman. Los Metis pueden verse rechazados por todo el clan; no los expulsan, pero el trabajo de educarlos se considera más un castigo que un honor. Otros clanes apartan tanto al Cachorro como a sus padres, lo que significa que, aunque el joven hombre lobo tiene una familia, sabe que sus familiares están condenados al ostracismo por su mera existencia. Algunos clanes tratan a los Metis más o menos como a auténticos Garou, pero les recuerdan cada vez que cometen un error que podrían matarlos en cualquier momento, simplemente por lo que son. No es sorprendente, entonces, que los Metis tiendan a ser resentidos y paranoicos. La Letanía los condena expresamente y cualquier recital de la Letanía con un Metis presente es incómodo cuando menos. Muchos Metis crecen amargados y, aunque algunos aprenden a mezclarse entre los humanos, nunca llegan realmente a tener un lugar al que puedan pertenecer.