• 25 Aniversario

Exorcista – Evie Sullivan

Oficial de policía en Chicago

Biografía

Evie Sullivan supo que quería ser policía desde los seis años. Tomó esa decisión el día en que su padre, un veterano condecorado de la fuerza policial de Chicago, fue ascendido a capitán. Más tarde, mientras su padre y sus compañeros celebraban con cerveza y cigarros en la cocina de los Sullivan, Evie se puso su gorra, caminó con orgullo hacia los corpulentos hombres sentados alrededor de la mesa y declaró que sería la mejor detective de la ciudad. Los curtidos policías se rieron hasta las lágrimas, y Evie huyó llorando. Años después, cuando estudiaba toda la noche para un examen, corría 10 millas bajo la lluvia helada o soportaba los gritos de un instructor, recordaba aquella tarde en la cocina, apretaba los dientes y pagaba el precio en sangre, sudor y lágrimas para lograr su objetivo.

A la temprana edad de 26 años, Evie ya estaba demostrando que aquellos policías se equivocaban. Ingresó a la academia de policía justo después de terminar la secundaria, pese a las airadas objeciones de su padre ya retirado. Aunque le costó adaptarse físicamente al entrenamiento, su mente aguda y memoria excepcional le valieron elogios en clase. Tras graduarse, rechazó varios puestos administrativos para patrullar como cualquier novata. Finalmente, fue asignada a la Fuerza de Tareas contra el Crimen Organizado de Chicago, con la promesa de un ascenso en seis meses si demostraba su valía.

Su superior era Larry Donegan, un detective veterano que llevaba décadas en la fuerza. Evie lo encontró distante, cínico y desdeñoso de sus habilidades, convencido de que la mafia era parte permanente de la ciudad. Con su típica terquedad, Evie se propuso demostrarle lo contrario. Pero cuanto más se sumergía en sus investigaciones, más claro le quedaba que la mafia siempre iba un paso adelante. No solo parecían anticipar los movimientos de la policía, sino que las distintas bandas parecían actuar coordinadamente. Alguien dentro de la fuerza los estaba informando—quizás alguien de la misma unidad. Tras meses sin avances, Evie empezó a vigilar a sus compañeros. No tardó en reducir la lista de sospechosos, y Donegan estaba en la cima.

Trabajaba con él de día y lo seguía de noche. Lo que descubrió la sorprendió y aterró. Donegan no ocultaba sus movimientos. Lo vio reunirse con figuras clave de todas las mafias de la ciudad. Esperaba ver dinero cambiar de manos, pero Donegan parecía dar órdenes, no recibirlas. Cuando hablaba, los criminales endurecidos bajaban la cabeza como perros. Aquello la inquietó profundamente. Más aún, parecía que Donegan sabía que lo estaban siguiendo, y no le importaba.

Durante cuatro meses, Evie tomó fotos, hizo anotaciones y armó un caso sólido para Asuntos Internos. Pero justo cuando pensaba hacerlo público, despertó una mañana y descubrió que los expedientes, cintas y fotos habían desaparecido de su departamento. El sistema de seguridad seguía activado y no había señales de entrada forzada. Esa misma mañana, mientras estaba sola en la sala de descanso del precinto, Donegan la visitó.

Al recordar la conversación, Evie pensaba que duró apenas unos minutos, aunque en el momento pareció extenderse por más de una hora. El tiempo se detuvo. Donegan la elogió por su persistencia, atención al detalle e integridad. Le dijo que esperaba trabajar con ella directamente en el futuro y le prometió grandes cosas si demostraba ser una jugadora de equipo. Nunca mencionó las pruebas ni la vigilancia, pero Evie supo que lo sabía. Lo vio en sus ojos. Donegan sabía, y no tenía miedo. Era intocable. Y cuando le habló de oportunidades y asociaciones cercanas, Evie asintió, incluso se sintió emocionada. Ni siquiera notó cuándo se fue.

Cuando volvió en sí, apenas logró llegar al baño antes de que los temblores la dominaran.

Donegan no era humano. No sabía cómo podía estar tan segura de algo tan extraño, pero lo estaba. Lo vio en sus ojos y en cómo su voz la dejó sintiéndose como una muñeca de trapo. De alguna manera, él controlaba las bandas, y ella jamás lograría construir un caso contra él.

Donegan la dejó en paz unos días después de la desaparición de las pruebas, permitiéndole hundirse en su desesperación. Hubo un momento en que consideró aceptar su oferta—al fin y al cabo, si el juego estaba amañado, ¿para qué luchar? Pero entonces recordó aquella tarde de verano en la cocina de sus padres y supo que debía tomar una decisión terrible.

Organizar la redada fue más fácil de lo que pensaba. Donegan era un hombre de hábitos, y bastó con avisar al escuadrón de narcóticos cuando iba a reunirse con un grupo particularmente violento de traficantes latinos. El tiroteo cobró la vida de tres oficiales, incluido Larry Donegan, veterano de la fuerza. Evie asistió a cada funeral y rezó a Dios haber hecho lo correcto.

Evie Sullivan

Atributos

  • Físicos:
    • Fuerza: 2
    • Destreza: 3
    • Resistencia: 3
  • Sociales:
    • Carisma: 1
    • Manipulación: 2
    • Apariencia: 3
  • Mentales:
  • Percepción: 4 (Escena del crimen)
  • Inteligencia: 4 (Análisis)
  • Astucia: 2

Habilidades

  • Talentos:
    • Alerta: 2
    • Atletismo: 2
    • Pelea: 2
    • Esquivar: 1
    • Intimidación: 2
    • Perspicacia: 2
  • Técnicas:
    • Armas de fuego: 3
    • Conducción: 2
    • Informática: 1
    • Investigación: 3
    • Derecho: 3
    • Medicina: 1
    • Armas Cuerpo a Cuerpo: 2
    • Seguridad: 1
    • Callejeo: 2
  • Conocimientos:
  • Académicos: 1
  • Ciencia: 1
  • Investigación documental: 1

Trasfondos

  • Contactos: 3
  • Recursos: 2

Virtudes

  • Conciencia: 3
  • Convicción: 3
  • Coraje: 3

Voluntad

  • Puntos de Voluntad: 8

Potencial de Fe

  • 2

Equipo

  • Pistola pesada
  • Chaleco de Kevlar
  • Bastón retráctil
  • Esposas
  • SUV

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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