No todos los descendientes de Tzimisce se encuentran dentro de una facción, incluyendo el propio Sabbat. Aparte de las docenas de manadas, escuelas Metamorfosistas y cultos de la Gehenna, los Tzimisce también se han organizado en varias extensas facciones en el interior de nuestro clan.
El Viejo Clan
¿Es esta rama del clan la que conserva nuestras costumbres más antiguas o se trata de una facción de puritanos radicales? Según los distintos registros, en algún momento del antiguo pasado una facción del clan rechazó la”contaminación” de la Vicisitud y su práctica. Algunos de los miembros del Viejo Clan son excepcionalmente antiguos –quizás conozcan algo de lo que el resto del clan permanece ignorante. Varios eruditos han elaborado toda clase de teorías improbables para explicar por qué estos Tzimisce del “Viejo Clan” o de la “Vieja Patria” han rechazado las artes de la manipulación de la carne y el hueso, pero los Demonios de esta facción no han proporcionado respuestas satisfactorias. De hecho, ellos prefieren no relacionarse con el resto del clan, pero guardarse su desprecio y unirse al Sabbat parece una opción preferible a caer bajo los colmillos de sus parientes hambrientos.
Como el propio nombre de la facción implica, muchos de los Tzimisce del Viejo Clan mantienen dominios en Europa Oriental y continúan administrando sus territorios de la misma forma que en la Edad Media (aunque de forma menos abierta). Los Cardenales de la Tierra Más Allá del Bosque no suelen realizar muchas peticiones a los miembros de esta facción, pero el Sabbat en general suele obtener ayuda ocasional del Viejo Clan, particularmente en Rumanía –que es como el mundo llama ahora a tu tierra natal, viejo.
Los Tzimisce del Viejo Clan han dominado el don de Caín de la manipulación mental en lugar de la Vicisitud. Se consideran la aristocracia del clan, una familia que todavía mantiene las antiguas costumbres de los Tzimisce. El Viejo Clan todavía practica las antiguas ceremonias de coronación y los ritos de iniciación de sus chiquillos. Los ritae son horrendos para ellos. Puede que te encuentres más cómodo entre sus filas, viejo.
Los Hijos del Dragón
Los Hijos del Dragón trazan sus raíces hasta Constantinopla, aunque los eruditos Nodistas están en desacuerdo sobre si su historia es genuina o fue elaborada posteriormente para proporcionar mayor credibilidad al grupo. Los Hijos, también llamados “Dragones”, afirman ser los descendientes del primer chiquillo de Caín.
Esta orden caballeresca de Demonios existe para que el Clan Tzimisce pueda compensar sus pecados. Los Hijos del Dragón creen que el clan en conjunto cometió un grave error en algún momento importante de su historia. Rechazan la Hechicería Koldúnica – quizás la Noche de Kupala fuera el error en cuestión. Pero si fue así, ¿por qué se unieron al Sabbat? Quizás su fundador les instruyó para que no abandonaran a su clan. De hecho, actualmente suelen oponerse a cualquier decisión tomada por el Voivoda o por antiguos Demonios influyentes, aparentemente con el único propósito de defender la postura contraria, pero este comportamiento parece improbable. Mantienen su oposición dentro de la política general del Sabbat.
Los Hijos del Dragón han dado lugar a legiones de templarios e incluso dominan unos pocos obispados europeos. Sin embargo, nunca se han unido a la Mano Negra, y ningún Dragón ha sido jamás Voivoda del clan Tzimisce. Esta oposición arbitraria a cualquier política defendida por el resto del clan molesta a muchos Tzimisce porque sus motivaciones no están nada claras. Un metamorfosista bastante antiguo afirma que la evolución es la respuesta a una amenaza –quizás los Hijos del Dragón fomentan el desarrollo del clan proporcionando la resistencia necesaria para el funcionamiento del proceso. Otra teoría popular afirma que esta perpetua oposición es un castigo por el mayor error del clan. Sascha Vykos, que residió anteriormente en Constantinopla me dijo en una ocasión que “Dracon está muerto para mí. Sus autoproclamados Hijos son una burla de una herencia plagiada.”
Los Hijos del Dragón se organizan como una orden monástica, con “retoños” que establecen monasterios habitados principalmente por sus propias proles. Los monasterios coordinan sus actividades a través de la Hagia Sophia, una especie de Vaticano de los Dragones situado en algún lugar del Mediterráneo. La rama erudita de esta orden, los Akoimetai, está formada casi exclusivamente de una facción de la familia de aparecidos Obertus, aunque algunos caballeros también son Abrazados entre este linaje. Los Tzimisce que no descienden de un vástago Dragón raramente son admitidos, y los pocos que consiguen este privilegio son considerados como “carroña” y nunca llegan a aprender el significado de los doce legados que esta subsecta del Sabbat sostiene. Los Hijos del Dragón también toleran la existencia de Cainitas de sangre débil entre sus filas, una tendencia que disgusta a los elementos conservadores dentro del clan.
Antes del Abrazo, los Hijos abandonan sus monasterios para estudiar los “Doce legados” –los preceptos de la orden- en varios enclaves esparcidos por todo el mundo. Al terminar regresan a su monasterio de origen para recibir la sangre. Si el iniciado es un Akoimetai, se les confía la custodia de uno de los volúmenes de la Biblioteca de los Olvidados. Si es un caballero, se le entrega una carta dentro de un sobre que tiene prohibido abrir, sellado con el signo de Dracon, para que la entregue a otro Demonio en algún lugar del mundo. Confirmado en la orden, el nuevo Hijo del Dragón parte para establecerse dentro de la sociedad Sabbat.
En las noches modernas, los refugios de los “retoños” del Dragón son los monasterios de la orden, y nadie excepto el propio retoño y quizás un miembro de los Akoimetai habita permanentemente allí. Los Hijos prefieren que sus filas permanezcan en contacto con el Sabbat en vez de constantemente enclaustradas. Algunos Dragones aspiran a seguir la Senda de la Metamorfosis o la Senda del Acuerdo Honorable, aunque los antiguos y unos pocos jóvenes prodigios afirman seguir una Senda de Iluminación desconocida para el conjunto del Sabbat. Los Akoimetai realizan su propia variedad de los ignoblis ritae, pero la mayoría de los Hijos rechazan tomar parte en cualquier ritae que consideran derivado de las prácticas koldúnicas.
A los Hijos destacados a veces se les otorgan títulos únicos y realizan funciones específicas dentro de la orden. Algunos eruditos Tzimisce pueden reconocer el origen de los títulos de Guardián de la Fe y de Gesudiano, aunque existen otros títulos de origen más oscuro. Sin embargo, debo reconocer mi escaso conocimiento; no tengo ni idea de qué funciones o beneficios reciben el Guardián de la Fe o el Gesudiano.
La Fundación del Legado Rumano
Puede que reconozcas algunos de los nombres del comité de inversores de esta fundación: Bratovitch, Grimaldi, Obertus, Zantosa. El último nombre también lo conoces, aunque puede que no inmediatamente –se trata de una alteración del apellido Szantovich.
Estos apellidos pertenecen a las cuatro últimas familias de aparecidos de importancia. Durante tu letargo pasaron a servir al Sabbat. Hablaré de ello después. Por ahora, es suficiente con saber que nuestro clan todavía elige muchos neonatos entre las filas de estas cuatro familias. La Fundación del Legado Rumano está formada por Cainitas que surgieron de nuestras familias de aparecidos.
Aunque entre los miembros del comité de inversores hay varios meritorios ancillae, la mayor parte de la organización está formada por jóvenes Tzimisce. Quienes Abrazan chiquillos entre las familias de aparecidos raramente dan la bienvenida a la no muerte a sus elegidos con un golpe de pala en la cabeza. La Fundación del Legado Rumano proporciona a estos neonatos una introducción más culta y refinada a su nueva existencia. Los miembros de la Fundación se extienden por todo el mundo y se reúnen en lugares como Boston, Río de Janeiro, Ámsterdam u Oradea para realizar “convenciones”, que normalmente suelen convertirse en ritos y fiestas de bienvenida a los nuevos miembros.
Unos cincuenta miembros se reúnen en el refugio del anfitrión, o en una propiedad de los aparecidos y celebran algunas de las bacanales más sangrientas del Sabbat. Víctimas mortales cuelgan del techo, derramando sangre sobre enormes vasijas que posteriormente son arrojadas desde lo alto de las escaleras, y el anfitrión demuestra así que dispone de sangre en abundancia. La sangre normalmente es consumida antes del toque de la medianoche. Los parientes que no se han visto desde la última convención comparten la Vaulderie. Ningún entretenimiento es excluido, si resulta divertido para el anfitrión. Aunque en un año determinado ningún aparecido sea reclutado en la Fundación, varios miembros celebran dos o tres encuentros similares para mantener los lazos con la organización.
Justo antes del amanecer, los nuevos chiquillos son Abrazados mientras están borrachos, exhaustos y posiblemente debilitados por la pérdida de sangre. Si no se marchan con sus sires a la noche siguiente, a los nuevos chiquillos se les asigna un mentor, un miembro de la fundación que posiblemente tampoco tenga muchos años. Debido a que los neonatos fueron aparecidos en vida, posiblemente conozcan algo más sobre la no muerte que sus compañeros que simplemente fueron mortales. Si tienen que ser instruidos por otro neonato, sólo un Cainita con sangre de aparecido es adecuado.
Aunque estos mentores pueden enseñar a sus protegidos cómo asumir las peculiaridades de la condición no muerta, les proporcionan algo mucho más valioso: una presentación en la sociedad de los Condenados. Los mentores llevan a sus protegidos en visita por la ciudad, presentándoles a sus compañeros Tzimisce y quizás también a otros miembros del Sabbat. Los mentores también muestran a sus discípulos los mejores lugares en los que alimentarse y en los que se celebran los ritae más importantes. Los nuevos Cainitas entran en la no muerte con el digno recibimiento que se merece un aparecido.
¿Por qué esta empresa familiar tiene un nombre tan ambiguo? La Fundación necesita cierta publicidad, ya que otro de sus propósitos es localizar a ramas de sus familias de aparecidos o de familias que supuestamente han desaparecido o que ya no sirven a los Tzimisce. El nombre de la organización y su registro como “una organización genealógica sin ánimo de lucro” les otorgan algunos beneficios fiscales. Los mortales que ven los anuncios de sus “convenciones” o que encuentran la página correcta en el gran libro que es Internet pueden aspirar a convertirse en miembros. Deben enviar sus árboles familiares para ser considerados. Los eruditos afiliados con la Fundación investigan estas solicitudes buscando parientes en mayor o menor grado de nuestras familias de aparecidos.
En algún lugar, un niño que lleva un nombre anglosajón crece con nuestra sangre maldita fluyendo a través de sus venas. Puede que su sangre esté demasiado diluida para ser considerado un aparecido, o quizás no. Independientemente de la cantidad, la sangre Tzimisce sin duda lo convierte en un mortal excepcional. La mayoría de los parientes localizados por la Fundación se encuentran emocionalmente desequilibrados de alguna manera, con arranques de depresión o un gusto desarrollado por la tortura de gatos y otros animales, o quizás otros sentimientos más perversos.
A pesar de su vida “extraña”, el potencial elegido podría convertirse en un líder valiente, un apasionado sacerdote o un ingenioso erudito. Si la Fundación lo localiza a tiempo, puede que sea considerado digno de recibir el Abrazo en lugar de morir como un mortal excepcionalmente viejo y de gran talento.
Debe señalarse que la mayoría de los aparecidos que son Abrazados no están asociados con la Fundación del Legado Rumano. Sin embargo, algunos de nuestros compañeros de clan ven la organización como una forma de mantener nuestras viejas tradiciones, aunque la “aristocracia” de los aparecidos sea tan escasa y se encuentre dispersa por todo el mundo. Incluso los Cainitas aparecidos que no fueron invitados por la Fundación pueden unirse posteriormente, suponiendo que sobrevivan al rito de iniciación, que según tengo entendido, cuanto menos se diga sobre él, mejor.
Neofeudalistas
Más una sensibilidad que un movimiento organizado, los Neofeudalistas son los Tzimisce que desean regresar a las noches cuando gobernábamos a los mortales como los reyes gobernaban a sus vasallos. Estos Tzimisce a menudo reclaman la propiedad de extensos territorios, engendran grandes proles de chiquillos y defienden sus dominios con una furia territorial que enorgullecería al Más Viejo. Los Neofeudalistas consideran una cuestión de honor ser independientes y confiar en sus propios recursos que en la ayuda o colaboración del Sabbat, un hecho que a menudo los enfrenta con nuestra secta tan a menudo como contra la Camarilla. Algunos Demonios consideran que los Neofeudalistas son anacronismos. Otros los ven casi como héroes folklóricos que mantienen una especie de orgullo familiar. Sin embargo, la mayoría de los Arzobispos del Sabbat prefieren que los Lupinos infesten sus ciudades a que los Neofeudalistas se instalen en el piso de al lado. Quedan pocos en las Noches Finales y todavía quedarán menos en el futuro.
Exsanguinistas
Existe un culto de sangre dentro del Clan Tzimisce. Al contrario que la mayoría de los cultos, embriagados en océanos de vitae, los Exsanguinistas han inventado una docena o más de ignoblis ritae para evitar beber sangre durante todo el tiempo que les sea posible. Consideran el acto de la alimentación como más propio de animales que de seres inmortales que se encuentran a las puertas de transformarse en algo más grande. Parecen ser una escisión de una escuela de Metamorfosistas. El culto de los Exsanguinistas enseña técnicas de meditación dedicadas a incrementar la resistencia física y mental necesaria para soportar tiempos prolongados sin alimentarse. Tratan de distraer su hambre por cualquier medio, normalmente saltando de cabeza en cualquier causa necesaria para el Sabbat. Algunos buscan seguidores, pero la mayoría de los Cainitas del Sabbat están demasiado ansiosos por la sangre como para llevar existencias ascéticas.
Los Exsanguinistas continuamente se encuentran al borde del frenesí. Suelen realizar declaraciones fanáticas y radicales sobre la naturaleza de la no muerte y reaccionan de forma extrema a los cambios del ambiente que los rodea. Después de la captura de un espía de la Camarilla en su ciudad, un obispo Exsanguinista de Tijuana declaró que América Central caería en una hora, por lo que
prendió fuego a sus ropas y se arrojó contra el espía en un abrazo llameante para enfatizar la naturaleza directa de su afirmación. Aunque unos pocos Exsanguinistas son seres pacíficos y tranquilos como monjes budistas, la mayoría son reprimidos que caen en el frenesí ante la más mínima provocación.
Antitribu Tzimisce
Los Cainitas que se han separado de sus clanes, especialmente los renegados de otros linajes que han rechazado la Camarilla, se llaman antitribu y se consideran como tales. Los Tzimisce no necesitan esas tonterías. Desde tu época, la mayoría hemos considerado nuestro clan como un estilo de vida, no como una familia unida. Independientemente de su afiliación, los Tzimisce se han ganado una reputación como pervertidos crueles e inhumanos porque algunos aspiran a ser precisamente eso, no porque estemos estrechamente unidos con nuestros hermanos. Sin embargo, es necesario decir que muchos de nuestro clan permanecen al margen del Sabbat, más de lo que nos gustaría admitir. Algunos gobiernan dominios y no reconocen ninguna autoridad excepto la suya. Grupos de Tzimisce que descienden de un mismo ancestro, como la menguante Liga de Oradea, se asocian sólo con sus congéneres de secta. A pesar de su aparente independencia muchos, como ocurre con el Viejo Clan, colaboran ocasionalmente con el Sabbat, aunque de forma superficial y se dedican a sus propios intereses sin preocuparse por la política de sectas.
Aunque muchos Demonios se consideran independientes, muy pocos se asocian con la Camarilla. Aunque la mayoría de nosotros se aferra a los residuos de la humanidad, el énfasis de la secta en la humanitas no resulta de nuestro agrado. La verdad sea dicha, viejo, la mayoría de los Cainitas somos demasiado orgullosos para reconocer que nos estamos ocultando de los mortales, nos aprovechamos de sus instituciones de forma sutil y no perjudicamos innecesariamente a los mortales para que nuestros dominios no caigan en el caos. Todos los Cainitas deben hacer todo esto para sobrevivir, pero a la mayoría de los Tzimisce les avergonzaría reconocerlo. No podía ser de otra forma, ancestro —¿para qué lamentarnos de nuestras debilidades cuando portamos la inmortalidad?