Casas Nobles – Casa Gwydion

Lores y damas del Halcón, os juro fidelidad a vosotros y a la noble Casa de Gwydion, desde este día hasta que el sol ya no arda. Nunca fallaré en defender mis cargos, ni el honor de mis hermanos y hermanas. Seré cortés en la paz e inflexible en la batalla y reportaré honor a la Casa de Gwydion con mis actos. En nombre de Lord Gwydion el Gris y Lady Keredwyn, lo juro.

Corte: Luminosa.

Apodos: Halcones, Orgullosos (poco halagador).

La Casa Gwydion alcanzó el poder por primera vez poco después de la División, al reclamar tierras y títulos abandonados por los Sidhe que habían vuelto a Arcadia. En este período de caos y miedo, la firme guía de Gwydion calmó a sus súbditos, que acudieron a la honestidad y dignidad de sus nuevos señores en busca de guía. La Casa Gwydion gobernó con sabiduría y justicia hasta la Ruptura, cuando acataron las órdenes del Alto Rey de retirarse de la creciente marea de Banalidad. Mientras que muchas Casas Nobles se quedaron atrás en parte o por completo, la Casa Gwydion volvió a Arcadia casi en su totalidad, forzada a abandonar las tierras que una vez protegió.

Con el Resurgimiento, los Gwydion retornaron al mundo mortal para reclamar tierras y títulos, sólo para descubrir que los súbditos que habían dejado atrás no estaban dispuestos a cederles estas propiedades. La Casa Gwydion luchó en la primera línea de la Guerra del Tratado, intentando devolver cierto aspecto de orden al mundo, y fue uno de los suyos, David Ardry ap Gwydion, quien tomó el manto de Alto Rey y unió Concordia, poniendo fin al derramamiento de sangre. Desde ese momento, la Casa Gwydion ha sido la más noble entre los nobles, tanto grandes guerreros como sabios gobernantes. Estos Sidhe, conocidos por su franqueza y honestidad, ven el gobierno como una obligación que deben cumplir en beneficio de sus súbditos.

La mayoría de Halcones son conservadores y valoran la ceremonia, la tradición y los juramentos. Ahora que son una Casa de gran poder y privilegio, tienen también su ración de luchas internas. En una Casa donde todos son considerados adecuados para gobernar, determinar al más apto para esgrimir el poder se convierte en el principal conflicto. Aun así, la rivalidad sólo llega hasta cierto punto, e incluso los lores más conflictivos se alían cuando algo amenaza a la Casa en su conjunto. Pocos desean invocar la legendaria ira de la Casa Gwydion. Enfurecidos, lucharán
más allá de la razón y sus propias limitaciones físicas hasta que su enemigo sea derrotado.

La Casa Gwydion no se ha adaptado al paso de los años con la misma facilidad que otras Casas, pero algunos de sus miembros han comenzado a ajustar su gobierno para mantener la paz en
sus dominios. Dar voz a los plebeyos a la hora de gobernarlos no ha sido fácil para los arrogantes Gwydion, pero los que les piden la opinión a sus súbditos son recompensados con aún mayor lealtad.

Los vasallos lo suficientemente valientes para decir la verdad a sus señores los encuentran sorprendentemente dispuestos a implementar cambios que beneficien a nobles y plebeyos por igual.

Favor

La Casa Gwydion se atiene a un alto estándar y se esfuerza por reinar con franqueza y honestidad. Y no esperan menos de quienes los rodean. Los miembros de la Casa pueden sentir cuándo alguien dice la verdad o está contando una mentira si superan una tirada de Percepción + Sagacidad enfrentada a la Manipulación + Subterfugio del objetivo. La Casa Eiluned, la Casa de los Secretos, es inmune a este poder.

Defecto

La Casa Gwydion se ha aferrado al Ensueño y la sociedad anterior mucho más que ninguna otra Casa que volviese a Concordia durante el Resurgimiento. El honor de un Gwydion es primordial
y no olvidará ni perdonará un desaire. Si alguien insulta el honor de un Gwydion o de su Casa, éste debe vengarse en proporción al desaire antes del siguiente amanecer para no sufrir un desencadenante de Banalidad.

Exilio

La Casa Gwydion nunca admitiría ningún fallo lo bastante grande como para justificar su exilio y, por ello, insiste en que escogió volver al mundo mortal voluntariamente por la obligación para con sus vasallos en lugar de por la fuerza. Sus enemigos no opinan igual y aseguran que el exilio Gwydion fue resultado de su arrogancia; que un miembro de esta altiva Casa podría haber insultado a un rey o reina de Arcadia con el poder de desterrar a toda la Casa no está en absoluto fuera del reino de lo posible.

Facciones y sociedades

Los Paladines de Hierro son un grupo de despiadados caballeros Oscuros que permanecen leales a la Casa Gwydion. La Rama Roja es una orden de caballeros conocida por su valentía y honor. La Hoja de Beltane es un grupo secretista dedicado a redistribuir el poder y ponerlo en manos de aquéllos más cercanos a sus súbditos y a alejarlo del Alto Rey y otros nobles poderosos. La Voz de la Gente es un grupo pequeño pero ruidoso que alienta el diálogo entre nobles y plebeyos con vistas a algo más cercano a una monarquía constitucional.

Miembros destacados

David Ardry de la Casa Gwydion, Alto Rey de Concordia. El Duque Allenion del Ducado del Corazón de la Libertad. La Duquesa Carendlith del Ducado de los Arces. El Duque Tymon. El Duque Rialdo, depuesto gobernante del Estado Libre Asociado del Límite de la Esperanza. El Conde Morrig del Ducado del Corazón del Sauce. La Duquesa Igrania del Ducado de la Magnolia. El Duque Araby del Ducado de los Pastos Azules. El Conde Rual del Río James. Gwyhyr, fundador de Espino Invernal. La Reina Morgana de las Arenas Blancas. El Barón Harold diMarcos, castellano de Caer Secuoya. El Duque Topaz del Reino de la Serpiente Emplumada. El Rey Bran ap Gwydion de Leinster.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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