Dispares – Bata´a

Donde hay fe y pasión, la libertad encuentra el camino.

Desde las profundidades de los pantanos de Luisiana y los remansos del Misisipi, tambores espirituales hacen sonar el pulso de la vida hambrienta. Golpeando como miles de corazones acelerados, resuenan con los fantasmas de antiguos nativos y esclavos asesinados. Más y más alto, se gritan unos a otros, resonando por todas las islas del Caribe y hacia el interior de América Central y del Sur; heraldos de un salvaje y bendito éxtasis y la húmeda y roja obra de la amargura y la venganza.

Llamados así por los tambores espirituales sagrados de las culturas del Caribe, los magos que se llaman a sí mismos Bata’a poseen el poder único de simultáneamente excitar las almas de los hombres hasta las cumbres del amor y el agradecido asombro y de hundirlas en las profundidades de la horrorosa agonía. Estos practicantes del vudú, el candomblé e incluso el catolicismo español, los cuales son muy incomprendidos o malinterpretados por los extranjeros, trazan su ascendencia hasta siete tribus africanas, esclavizadas para trabajar en las granjas y plantaciones del Nuevo Mundo. Como cuentan los viejos fantasmas, estos esclavos llevaron sus propios espíritus y tradiciones con ellos sólo para descubrir intereses y costumbres comunes con los nativos del Caribe y los isleños arahuacos.

Con el tiempo, estas culturas se mezclaron, incorporando el catolicismo a su propio espiritualismo mágico. El resultado produjo una nueva sociedad, tanto mundana como Mágica, que fortaleció a los esclavos en ciertos lugares como Barbados, Bermudas y Haití para que derrocasen a sus falsos amos y exigieran venganza por aquéllos asesinados en la lucha.

Aunque sus patrias han sido asoladas por la conquista, la esclavitud, la piratería, la guerra, la corrupción, el desastre y la pobreza, los Bata’a aún tienen fe en Les Invisibles: los poderosos espíritus que impregnan la tierra y su gente. Esta gente reverencia, adora y sirve a Les Mystères (también llamados los Loa u Orishas) y atribuye sus habilidades y poderes Mágicos a ellos… y sólo a ellos. La “Magia” proviene de la comunión: un respetuoso intercambio de poderes y ofrendas. Para los Bata’a, o crees en los sagrados ritos o puedes contarte entre les idiots, los estúpidos que descartan o trivializan a los espíritus y sus Artes.

Más allá de los estereotipos absurdos del “vudú” yace un credo superviviente de asimilación reverente. Los Bata’a sacan el mayor partido de aquello con lo que trabajan: santos franceses, dioses africanos, maldiciones germánicas, bienes españoles, espíritus nativos y el latido de la gente, reflejado en los tambores, un pulso que no puede ser acallado por ninguna fuerza en la Tierra. Es este latido el que da su nombre a la secta y es ese desafío el que da a los Bata’a su independencia. Porque, aunque podrían forjar alianzas con las Tradiciones Verbena y Cuentasueños, tener vínculos con los Huecos e incluso tolerar la presencia de ariscos y viejos Cruzados, estos místicos son, en definitiva, gente independiente. Hasta sus lazos con los Loa se basan en el respeto mutuo, no en la abyecta servidumbre.

Organización: Los Bata’a, una secta deliberadamente informal, trabajan sobre todo a nivel local, con pocos títulos más allá de mae-de-santos (mamá santa) y pae-desantos (papá santo), ambos dados a miembros respetados. Dado que los Bata’a no discriminan entre magos estáticos y verdaderos magos, el grupo disfruta de una increíblemente gran cantidad de miembros procedentes de fes relacionadas de todo el mundo. Ronde des Âmes (la “Cadena de Almas”) une a todos los eslabones locales en una red espiritual; vinculada por rumores, mensajeros espirituales y, hoy en día, llamadas telefónicas e Internet; estos eslabones hacen circular información, rituales y noticias. A principios del siglo xxi, la Cadena sostiene un creciente activismo político. Aunque los Bata’a una vez se concentraron en los siete Rangi (“colores” o familias) y en Marassas locales (asociaciones varón-mujer que representan a las figuras paterna y materna de un grupo concreto), la secta ahora persigue unos objetivos globales más unificados. Especialmente desde la purga Tecnocrática y la temible Tempête (la Tormenta de Avatares), reconocen que división significa extinción… o, como ha demostrado la historia, algo incluso peor.

Iniciación: Para ser tenido en cuenta para ser miembro, se debe ser verdaderamente devoto de los Loa. El candidato debe buscar a un miembro conocido de los Bata’a y pedirle que le instruya. Muy a menudo, especialmente en el caso de los estudiantes blancos, no se concede esta petición a menos que el potencial iniciado tenga conexiones o sea presentado por fuentes reputadas. Una vez aceptado, el candidato jura sacrificar todo su tiempo y dinero por un año de servicio a su profesor y su Oficio. Al final de ese período, si demuestra talento, devoción y sentido común, se convierte en un hounsis (iniciado) y comienza a aprender sobre Les Invisibles, lo que conduce a su primera posesión. Tras un largo aislamiento de oraciones, ayuno y purificación, el iniciado recibe una potente mezcla de alcohol y hierbas alucinógenas y es dejado a merced de Les Mystères. Si sobrevive, se convierte en un Bata’a.

Esferas Afines: Espíritu o Vida.

Foco: Basadas en la sublime unión entre carne y espíritu, las Artes Bata’a requieren dos cosas: un ritual invocando a Legba, el guardián de las encrucijadas, y un rito diseñado para inducir un estado de trance y abrir canales entre mentes, cuerpos y espíritus. En ciertos casos, un practicante puede escoger crear gris-gris: un objeto bendecido e infundido con la energía de un Loa. Tales objetos sólo se usan en casos de gran urgencia y durante un tiempo limitado. La fe es el corazón de esta familia invisible, que tiene paradigmas comunes que insisten en que la Creación está Viva, Todo es Caos y este Mundo de Dioses y Monstruos exige buenos amigos y aliados dispuestos.

Vudú, fe, medicina, artesanía, Alta Magia Ritual y sabiduría loca son las prácticas principales de los Bata’a. Algunos miembros también tienen predilección por la Magia callejera, el chamanismo, la ciencia extraña, la dominación, los maleficia y diversas artes marciales. Se trabaja con lo que haya disponible. Mientras sirva a los espíritus con respeto, un practicante puede confiar en ellos para que lo ayuden.

Estereotipos
  • Las Tradiciones: Aliados útiles, pero demasiado devotos de sus propios intereses como para que nos resulten amigos de confianza.
  • La Tecnocracia: Bonitas cadenas nuevas, los mismos viejos esclavistas.
  • La Alianza Dispar: Nuestros aliados comprenden el peso de la bota de alguien sobre tu cuello. Aun así, demasiados de ellos se convertirían en conquistadores si pudieran… y algunos han sido conquistadores antes. Una alianza útil por ahora, pero no una que crea que vaya a durar.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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