La Historia de Saulot

Un excelentísimo documento para tener muy en cuenta, fue extraído del Companion y espero que les sea de utilidad, cuenta lo que hizo Saulot para contrarrestar el avance de los Baali al comenzar las edades.Esta enigmática figura se ha convertido quizás en lo mas parecido a un santo que tienen los Caínitas. Poco se sabe de el, aparte de lo que aparece en los textos del Libro de Nod, considerados apócrifos en el mejor de los casos. Los Salubri lo bastante viejos como para recordarle personalmente están casi extinguidos: estuvieron entre los primeros en ser cazados y asesinados. La mayor parte de los actuales Salubri sólo le conocen a través de las historias de sus sires. Hay ciertos elementos que aparecen con la frecuencia suficiente como para hacer una nebulosa especie de historia.

Saulot era descrito frecuentemente como un hombre amable con “ojos como eternidades”, y la Bestia bien controlada antes de haber alcanzado la Golconda. Era respetado como la voz de la razón, y citado con frecuencia como el chiquillo predilecto de Caín. Algunos han reparado en la interesante correlación en las descripciones de Abel y Saulot, ambas referidas a hombres amables con gran interés por la curación y el orden natural. A la luz del profundo afecto de Caín por este chiquillo y su necesidad de tenerle cerca durante los últimos años de la Segunda Ciudad, varios se han preguntado si Saulot no seria un sustituto de Abel para el sacudido por la culpa Caín.

La llegada a la Golconda de Saulot marco un punto de inflexión en la perspectiva del mundo de los vampiros. Súbitamente había esperanza. No tenían por que ser meras presas para la Bestia ni contar los años que les quedaban para la caída fatal. Caín en particular parecía muy interesado, y desde entonces mantuvo a Saulot junto a el. Si hubo celos entre los demás vampiros, no se menciona en ninguna historia. Saulot tenia también una extraña relación con su hermano Malkav: ambos parecían disfrutar de su mutua compañía, y se decía que los dones de Saulot aliviaban a Malkav cuando su locura parecía imponerse sobre el.

Saulot tenia el conocido pero perturbador habito de entrar en trances meditativos. Durante los mismos, podía hablar mediante enigmas y con frases extrañas que a veces eran tomadas como profecías. Se dice que unos pocos fragmentos del Libro de Nod son transcripciones de esos murmullos. quizás fuera esta la razón del cariño de Malkav. Sus palabras a sus chiquillos presagiaban su propia muerte.

La historia de Saulot fue contada a través de las de otros vampiros, cuyos ancestros habían visto la Segunda Ciudad. Otras referencias (las de Malkav, Nosferatu y Ravnos) hablan de cómo las guerras de los Baali despertaron una faceta raramente vista en Saulot: se volvió airado y obsesivo. Cuando marchó a la guerra contra los Gnósticos, nadie podía frenarle, y según los rumores, ni siquiera Malkav podía calmar su fuego. Por otra parte, algunos murmuraban que Saulot temía perder a sus hijos ante el gnosticismo (varios habían partido ya para practicar religiones mortales), propagando rumores de una presencia Baali entre ellas como excusa para poder destruirles. Sus accesos de rabia terminaron tan súbitamente como habían comenzado, y las historias no dicen nada mas de ellos.

Los relatos se vuelven menos seguros en sus ultimas años. La desaparición de Caín llevó a Saulot a retirarse del mundo casi por completo, pasando horas dedicado a misteriosos asuntas lejos de todas las miradas: Tras años de esta extraña conducta, también el desapareció del mundo. Nadie supo dónde se había retirado, salvo una a das chiquillos de su absoluta confianza. Aun así, había mantenido el contacto con su progenie mediante sus poderes mentales, observándoles y dando consejas ocasionales. Fue a través de esta conexión como se supo de su muerte por primera vez.

Hoy en día, Saulot es recordado con la reverencia can que se venera a los mártires. Muchos de los demás clanes acogen a sus descendientes en su honor, y las leyendas de su bondad han impulsado a otros a hacer buenas obras. Si ha habido alguna vez dudas a cosas poco claras respecta a el, se han borrado o perdido oportunamente en la historia.

Conexiones Baali

La historia de los Salubri suele estar entrelazada can la de los Baali, y no puede contemplarse a una sin la otra. Los Baali estarían encantados de olvidar las conexiones ahora descritas, y las que se mencionan a veces entre susurras rara vez llegan a oídos de la mayoría de los Salubri.

La creencia sitúa los orígenes de los Baali como una secta de satanistas humanos en los nebulosos tiempos de la Segunda Ciudad. Al volverse mas intrépidos y poderosos, buscaron hacerse con el don de la inmortalidad. Saulot, por aquel entonces un consejero de Caín, sugirió observar de cerca a aquellos satanistas, pues los vampiros necesitarían mas información sobre ellos, sobre todo si estallaba la guerra. Caín accedió, encargando a Saulot que encontrase a los mas aptos para la tarea.

Los Salubri de la época no eran estrictamente ritualistas y sanadores; unos pocos escogidos eran guerreros Con un impresionante dominio de sus Disciplinas y las artes de la guerra. De esos pocos, Saulot escogió a cuatro (dos de ellos eran chiquillos suyos) para la misión, llevándolos ante Caín para que este diese su aprobación. Este lo hizo y les dijo que iban a recorrer una senda de gran peligro y secreto: debían infiltrarse en la fortaleza de los satanistas, averiguar la cerca que estaban de alcanzar la inmortalidad, y volver con las noticias. Los escogidos aceptaron y salieron aquella misma noche, sin que nadie lo supiese aparte de sus lideres.

Poco se sabe de lo ocurrido después: pasaron casi cuatro meses sin noticia alguna, y Saulot temió que el grupo hubiese encontrado la Muerte Definitiva. Pero entonces, una noche sin estrellas, uno de los enviados se arrastró hasta las puertas, suplicando entrada y sangre. Estaba medio enloquecido por el hambre, débil y aterrorizado. Tras ser atendido, contó lo ocurrido a su sire y su rey.

Los cuatro espías Salubri encontraron el lugar casi sin problemas: los granjeros de los valles fluviales hablaban en susurros temerosos de una oscura montaña donde la tierra se habla abierto, permitiendo la salida de demonios y otros espíritus malignos. Tras varios días de viaje, llegaron a la montaña y consiguieron convencer al guardián de la puerta de que querían unirse a los satanistas, o al menos aprender de ellos. Fueron bien recibidos, con banquetes y terribles ritos de los que el superviviente se negó a hablar, incluso aunque Caín se lo ordenase, salvo para mencionar a una silueta oscura con ojos resplandecientes que habla aparecido en el banquete para otorgar sus bendiciones. El grupo tenia el nombre de los Baali, y eran adoradores de los poderes infernales, cosas aparecidas de las entrañas de la tierra y de mas allá de las estrellas. Los Baali tenían dones otorgados por sus oscuros amos, a los que llamaban Concesiones. Algunos de esos dones eran lo bastante poderosos como para rivalizar con las Disciplinas vampiricas, invocando a las llamas y escudriñando la corrupción en el alma de cada persona.

Cuanto mas tiempo permanecían los cuatro entre los Baali, mas peligroso se volvía, su fuerte vinculo con su Vía y su humanidad empezaba a despertar sospechas, y lo que era peor: uno de ellos, un chiquillo de Saulot; había quedado fascinado por los Baali y sus costumbres. La vida de un guerrero o un asceta nunca le había gustado de verdad, y los Baali habían detectado el descontento, saciándolo con melosas palabras y promesas de poder. En aquel momento, su compañero cayo a la oscuridad, traicionando a los infiltrados, que fueron capturados y aprisionados en profundos pozos subterráneos. Cuando los Baali supieron del gran premio que tenían en sus manos, los hechiceros propusieron usar la sangre vampirica para alcanzar la inmortalidad. Primero, los Baali obligaron a los prisioneros a Abrazar a sus lideres, siguiendo las instrucciones del traidor, y después hicieron que uno de los nuevos vampiros diablerizase al otro chiquillo de Saulot, lo que hizo con aterradora habilidad. Los otros dos Salubri estaban también a punto de perecer, pero el nuevo líder, henchido de sangre y poder, ordeno que se les mantuviese con vida como fuentes de conocimiento. El primero sufrió la Muerte Definitiva, gritando mientras sus captores intentaban arrancarle la información con torturas que hubiesen hecho retroceder al mismo Tzimisce. El segundo, el superviviente, dijo haber sido tentado muchas veces por su antiguo compañero, pero que renuncio a compartir su corrupto poder. Finalmente consiguió escapar y volver a la Ciudad. El traidor había quedado atrás, y sin duda estaba informando a los Baali. No mucho después de contar todo esto, el superviviente se suicido, quedándose a saludar al amanecer después de una pesadilla de mas.

Los Baali no tardaron en darse a conocer como una amenaza. Por una vez, fue el gentil Saulot quien hablo a favor de la guerra, pidiendo (mas bien exigiendo) que sus fuerzas encabezasen el ataque. De todos cuantos cuestionaron esa acción, solo Malkav, con su sabiduría de loco, comprendió que el corazón de su hermano estaba roído por la culpa, y que deseaba eliminar personalmente al traidor.

La mayoría de las referencias a la guerra se han perdido con la Segunda Ciudad, y las que quedan se limitan a alusiones en los recuerdos y cháchara de antiguos y eruditos. Todos están de acuerdo en que fue un baño de sangre, dirigido por los guerreros escogidos de Saulot, de los que no sobrevivió ninguno. El destino del traidor no esta muy claro. Cuando todo acabo, los Salubri había sido diezmados; y los aliados habían sufrido cuantiosas perdidas, pero Saulot había desaparecido.

Los años siguientes fueron una escalofriante premonición del destino de los Salubri. Saulot centro su atención en la caza de los Baali, obsesionado con ver destruido al traidor a su clan. Cuando los rumores empezaron a mencionar la presencia de los Baali entre las sectas gnósticas, Saulot alzó contra ellas la llama y la espada, Esto nunca hubiese durado tanto de no haber sido por el ardiente odio de los demás clanes. Los Brujah permanecieron junto a Saulot en su búsqueda, haciendo que sus aliados “investigasen” a los gnósticos. La sangrienta purga terminó misteriosamente por orden de Saulot, y hasta hoy nadie ha comprendido cómo o por que empezó o terminó.
Ahora, con la muerte de Saulot, algunos eruditos vampiricos entre los Brujah y los Capadocios están empezando a preguntarse cómo un simple grupo de mortales pudo alcanzar tal poder en tan poco tiempo. Al considerar la aparición de los Tremere como clan y de cosas como los murciélagos cuchilla y las Gárgolas, algunos se dan cuenta de que los Tremere se adaptaron a su nuevo estado y a la perdida de sus poderes mortales con notable rapidez. Todavía mas notable es su nueva Disciplina de Taumaturgia y las nuevas criaturas a su disposición: un buen trabajo para 50 años.

Demasiado bueno, declaran los estudiosos, que están proponiendo diversas teorías acerca del rápido desarrollo de los Tremere: la mas aceptada ha puesto a los Usurpadores en una posición todavía mas inestable.

La teoría afirma que los Tremere tuvieron ayuda, quizás incluso actuando como verdugos de alguien a cambio de poder. Varios Caínitas poderosos y unos pocos magos mortales han sido acusados, pero un Capadocio ha propuesto la teoría mas simple y sensata: los Baali, por venganza. Los Baali sufrieron terribles perdidas en la campaña dirigida contra ellos por los Salubri, tantas que se vieron reducidos a su actual estado de impotencia. Seria el clásico “pacto con el Diablo”, ofreciendo un gran poder a los lideres Tremere a cambio de que eliminasen a alguien fuera de su alcance. Esto también explicaría cómo encontraron Tremere y sus seguidores al durmiente Saulot. Los Baali (gracias a sus mal adquiridos conocimientos) podían estar al tanto de las defensas de Saulot, aun siendo incapaces de acercarse a el o enfrentarse a sus poderes.

Sorprendentemente, esta teoría no ha ganado muchos adeptos entre los Salubri supervivientes. Pocos de ellos están dispuestos a aceptar la idea de que sus mas cercanos primos puedan ser las cosas a las que tanto desprecian.

Via Dolorosa

Se dice que los Salubri perdidos trataban con demonios y tenían su propia senda. El clan Tremere ha intentado argumentar que ha hecho un gran servicio al mundo librándole de un clan de satanista. La verdad, como suele ocurrir, es un misterio.
Es cierto que los Salubri trataron con demonios, haciendo pactos y aceptando poderes infernales. Esto fomentó su mala reputación, que los Tremere explotan para justificar el crimen de su fundador. Pero quienes conocían a los Salubri eran conscientes de sus propósitos: buscaban encadenarse a los demonios por medio de sus pactos, y después destruirse a si mismos, y a los demonios consigo por medio de magias secretas. Estos rituales para destruir a los demonios se han perdido con la caída del clan, pero pueden ser descubiertos entre sus restos y en antiguos manuscritos.
La senda seguida por el clan se llamaba la Vía Dolorosa, el Camino de las Lagrimas. Sus mandamientos incluían ofrecer ayuda al herido y protección a las victimas. La Vía ordenaba a sus seguidores combatir el mal en el mundo, en un intento de eliminar la corrupción llevada por otros Caínitas. El ultimo deber de un Salubri que alcanzaba el cúspide de la Vía era crear a un chiquillo, que seria instruido para diablerizara su sire. Los Salubri eran conscientes de que la huida de la condición vampirica a través de la Golconda era una tarea demasiado ardua para muchos de ellos, y en su lugar instauraron este sacrificio por medio del Amaranto, eliminando así todo el mal que pudiesen.

Los Guerreros Salubri

Se considera a Samiel, chiquillo de Saulot, como el primero y mas grande de los guerreros Salubri. Historias apócrifas describen como el joven, llamado con otro nombre ahora olvidado, se sentía torpe e incomodo en el papel de un tranquilo sanador. Caín le ordeno finalmente que aprendiese la artes de la guerra para mantenerle ocupado, y le puso bajo la tutela de Brujah y Gangrel. Tras numerosas pruebas de sangre y espíritu, el resultado fue un joven guerrero, sabio y de casta, ansioso por defender a los débiles e inocentes, y deseando enfrentarse al mal. Adopto el nombre de “Samiel” para reflejar esos cambios, y Samiel ha sido desde entonces.

Los escritos de Samiel acerca de sus experiencias se convirtieron en la base del adiestramiento de otros guerreros Salubri. Este “código” daba a los guerreros ideales por los que luchar, pero carla uno debía encontrar su propia luz interior para que le guiase. Se esperaba de ellos que fuesen expertos luchadores, hábiles con las Disciplinas, puros de corazón y de intenciones, y fuertes de espíritu. Cuando el adiestramiento había terminado y el aspirante a guerrero estaba listo, se le daba cierta porción de los escritos de Samiel para que la leyese. Los rumores afirmaban que algo en el texto “daba casta” espiritualmente al nuevo guerrero (aunque sin explicar como), que a partir de entonces ocuparía su puesto en las filas de los Salubri. Se esperaba después que cambiase su nombre par alguno con la silaba “el” (“del Señor”), demostrando estar consagrado al Gran Padre. Los nombres de Samiel, Ariel, Jael y Aredhel resuenan en la historia.

Las Cruzadas han acogido a unos pocos nuevos Salubri deseosos de continuar coma paladines. Aun- que se les anima a hacerlo; no se les considera “de la casta” de Samiel, no siendo por tanto verdaderos guerreros de su c6digo. Las ultimas copias del código se dan por perdidas, y algunos afirman que esto señala el fin de la casta guerrera de los Salubri.

Ocupaciones Alternativas

No todos los Salubri que recorren actualmente el mundo están restringidos a la curaci6n o a la enseñanza. Desde el comienzo del letargo de Saulot, han sido varios los que han buscado otras pautas de su vida. No hace falta decir que algunas de las opciones han sorprendido a sus hermanos mas conservadores, por no mencionar a unos pocos Cainitas.

Algunos están atrapados en la intriga política cotidiana, trabajando como consejeros de príncipes y primogenituras. Otros sirven en las cortes de los príncipes como senescales, escribanos o depositarios del saber. Unos pocos están en el sacerdocio, sirviendo ante todo a las necesidades de los pobres y desheredados. En Francia circulan rumores acerca de un Salubri que actúa como una especie de salteador a la inversa, robando su botín a los bandidos para devolverlo a los propietarios o a alguien que se lo merezca mas.

Los así llamados “Ángeles de la Muerte” son vistos como una leyenda, salvo por quienes les conocen. El raro Salubri en busca de venganza es una historia tradicional, complementada con los apropiados escalofríos de divertidos vampiros no Tremere. Capadocios y Tzimisce podrían contar algunas historias interesantes sobre ciertos compañeros Salubri que muestran grandes aptitudes en diversos campos. En su búsqueda de una mejor comprensi6n del cuerpo, estos Salubri han llegado a la vivisección y la tortura, ante el espanto de sus mas pacíficos hermanos.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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