Tribu – Hijos de Gaia

Los Hijos de Gaia resultan contradictorios. Son guerreros de Gaia y aun así no quieren nada más que paz. Ningún Garou trabaja tan duro ni ruega tan humildemente por la cooperación entre las Tribus como ellos. Ninguno se lamenta más cuando los fuerzan a derramar la sangre de un compañero hombre lobo.

Más que ninguna otra Tribu, valoran la compasión por todas las criaturas de Gaia, incluso aquéllas que los desprecian. Muchos Garou confunden esta compasión con debilidad sólo para descubrir que el odio a la guerra no les quita la habilidad ni la voluntad para luchar, y luchar bien.

La Tribu tiene sus orígenes en los días del Impergium, cuando protestaban por la práctica de sacrificar humanos para reducir la población y por las luchas por territorio. Cuando la Nación Garou llegó a un acuerdo para acabar con el Impergium, los pacifistas que habían dirigido el esfuerzo formalizaron un pacto con Unicornio y se convirtieron en los Hijos de Gaia.

Son la única Tribu nacida de un acto de paz y se enorgullecen mucho de este origen. El propósito principal de los Hijos de Gaia es el de todos los Garou: luchar contra el Wyrm allá donde more y críe. Pero su propósito secundario es mediar en las disputas y realizar alianzas entre clanes y manadas, fortaleciendo la Nación al completo. Es un trabajo difícil, que se complica aún más por el desprecio al que se enfrentan por parte de las Tribus más marciales. Pero, como argumentan, es algo crítico.

Los Hijos de Gaia son una Tribu relativamente numerosa. Sus rivales aseguran que es porque les asusta el combate, pero no es verdad. Son tan numerosos porque adoptan a otros Garou, a cualquiera que lo pida. Son especialmente respetuosos con los Metis, tratándolos como iguales. No tienen tanta ventaja en cuanto al número de Lupus, aunque varios nacidos lobos que crecieron sin entender el concepto de “guerra” encuentran el ideal de los Hijos como el más natural.

Los hijos de Unicornio están menos preocupados por el Rango estricto y la jerarquía. Aunque aún están reforzados por el instinto de lobo, prefieren una organización de manada y de clan más libre. Cada clan tiene dos Ancianos que deben sobresalir en la mediación: la Voz de la Diosa (siempre hembra) y el Brazo de la Diosa (siempre varón).

Los Hijos se involucran constantemente en la política humana más aún que las otras Tribus. Se enfrentan a las mismas limitaciones que todos los hombres lobo cuando la sutileza es necesaria, pero utilizan toda la influencia que pueden, particularmente a través de su Parentela, para promover metas de compasión, paz y tolerancia. El credo de la Tribu dice que la guerra por Gaia no puede ganarse sin leales corazones humanos.

A pesar de todo, es una batalla difícil e increíblemente frustrante. Cuando llega el momento de la guerra, más de un Hijo de Gaia da rienda suelta a una Rabia que es atemorizante en su fuerza. Con el Apocalipsis tan cerca, los Hijos de Gaia se enfrentan a muchas crisis de fe internas. La humanidad parece haber llegado muy lejos, y entonces vuelve a caer en viejos patrones de odio y sed de sangre. Hay muy pocos Garou para proteger el mundo y se vuelven muy rápidamente unos contra otros. Muchos miembros de la Tribu han caído en el Harano al ver que la enormidad de su tarea parece ser abrumadora. Algunos Hijos incluso argumentan que el secreto del Velo les impide educar correctamente a los humanos, que encontrarían a los aliados que necesitan si simplemente pudieran mostrarles a los humanos qué está pasando. Estas discusiones causan desavenencias incluso dentro de la Tribu.

Dicho todo esto, la tarea parece imposible. Pero si cediesen, gruñen los Ancianos, no serían los Hijos de Gaia. No serían Garou.

Apariencia: Una fuerte Pura Raza en los Hijos de Gaia suele manifestarse como unas manchas blancas sobre un pelaje gris o marrón. Los Hijos más renombrados tienen un semblante calmado y sereno que puede ser intimidante por sí mismo.

Parentela y territorio: Los Hijos de Gaia son particularmente inclusivos en lo que se refiere a escoger pareja. Su Parentela normalmente muestra una gran pasión por las causas progresistas que encajan con los objetivos de la Tribu. Sin embargo, los Hijos no han tenido una presencia dominante en sus tierras natales ancestrales (la Media Luna Fértil, particularmente el área del antiguo Canaán) desde hace mucho, mucho tiempo. Reclaman territorios por todo el mundo, particularmente en Norteamérica.

Tótem Tribal: Unicornio. El Tótem tribal de los Hijos de Gaia es un poderoso espíritu de pureza, compasivo en la paz pero también feroz en la guerra. Prefieren hacer pactos con Tótems como Paloma y Narval, así como con gentiles espíritus de claros de bosques y luz de estrellas.

Creación de Personaje: Muchos Hijos de Gaia ponen su interés en los Rasgos Sociales, al menos en cierta medida, para poder hacerse oír. No descuidan las habilidades de combate, pero las Habilidades como Callejeo, Empatía, Etiqueta, Interpretación y Liderazgo son muy valoradas.

Fuerza de Voluntad Inicial: 4.

Dones Iniciales: Atascar Arma, Compasión, Olor del Hermano, Resistir Dolor, Roce Materno.

ESTEREOTIPOS
  • Camada de Fenris: Puedes admirar su valentía y su fuerza, pero, al final del día, esta guerra es algo que aborrecemos y que ellos parecen amar. Es horrible.
  • Caminantes Silenciosos: Pueden parecer distantes, pero tienen corazones profundamente heridos. No es bueno que ningún lobo camine solo.
  • Colmillos Plateados: De todos los fracasos que hemos soportado, el fracaso de los Colmillos Plateados para mantener a la Nación unida quizás sea el que más nos ha herido.
  • Contemplaestrellas: Entienden muy bien la armonía, son casi nuestros hermanos más cercanos. Pero, ¿cómo puedes describir el amor y la compasión como grilletes, aunque sea en broma?
  • Fianna: Hay pocos que lamenten sus penas tan sentidamente o que aprecien sus victorias con mayor gozo.
  • Furias Negras: Tienen grandes reservas de sabiduría sobre el mundo, pero las guardan con mucho celo.
  • Garras Rojas: No puedo dejar de preguntarme lo que podrían haber sido si las cosas hubieran sido diferentes. Algunas veces casi puedes verlo. Casi.
  • Moradores del Cristal: Se puede confiar en que sean razonables, incluso si su lógica quizás los lleva a lugares a los que nunca se pensó que un Garou debiera ir.
  • Roehuesos: Se preocupan más de lo que dejan traslucir, pero aún rompe el corazón ver cómo nos dan la espalda al resto de nosotros en nombre de la supervivencia.
  • Señores de la Sombra: Es difícil saber qué aman más: sus métodos, sus ambiciones o sus éxitos.
  • Uktena: Desearía que hubieran confiado más en nosotros. Desearía que hubieran confiado más en cualquiera. Están más solos de lo que quieren admitir.
  • Wendigo: Parecen esperar que el mundo acabe helado. Si lo hace, estarán preparados, pero no tiene por qué ser así.

 

Somos Garrou. Extraemos las toxinas de las sangre de nuestra madre, extirpamos sus tumores, matamos a los parásitos que se alimentan de su carne. Pero una ves terminada la cirugio, hay que volver a cerrar las heridas.

 


El Amor de la Madre
En la antigüedad, cuando los hombres lobo seleccionaban a los humanos y luchaban entre si, los miembros resentidos de todas las tribus se alzaron formando una nueva tribu y adoptaron el nombre de Hijos de Gaia.

Imploraban la paz y el fin del Impergium. Lo suplicaban con una voluntad de mártires y fueron tantos los que oyeron su mensaje que las tribus se unieron… lo necesario para acabar con la matanza. De este modo se forjaron los Hijos de Gaia, la única tribu nacida de un grito de paz.

En la actualidad, los Hijos viajan de un clan a otro y de una manada a otra, mediando las disputas e intentando mostrar a los Garou que su propósito común (defender a Gaia) es demasiado importante como para perderlo de vista, luchando constantemente para resolver sus diferencias. La Armonía, lo que reivindican los Hijos de Gaia, es una de las mejores armas que poseen para combatir contra sus verdaderos enemigos. Para ellos, Gaia es una Madre amorosa y el veneno del Wyrm procede de la ausencia de su amor. Insisten en que cuando todo se reduce a estos términos básicos, las “complejidades” de los desacuerdos de las tribus pueden zanjarse rápidamente.

Aunque su fama de pacificadores les ha concedido cierto respeto (a regañadientes), los Hijos de Gaia tienen que soportar el sarcasmo del que son victima por sus métodos. Algunos opinan que son estúpidos y que están perdiendo el tiempo y otros se burlan del concepto de pacifistas en una sociedad guerrera. Sin embargo, saben pelear: un Hijo de Gaia furioso puede ser terrible, sobre todo porque su Rabia ha estado contenida durante mucho tiempo. La tribu comprende que los hombres lobo suelen sentir la necesidad de “sacar las garras e ir a la ciudad”. Sin embargo, la violencia es un medio que, fácilmente, se acaba convirtiendo en un fin (tal y como suelen decir mirando de reojo a la Camada de Fenris). Cuando luchan dos Garou, es posible que uno muera, pero como el superviviente saldrá mas débil para la batalla, el único que saldrá ganando es el Wyrm.

Cuando un Garou asesina a un humano normal e inmaculado por estar en el lugar equivocado, los seres queridos del humano sufren y el sufrimiento es un estado que solo beneficia al Wyrm.

Aunque las demás tribus se están reduciendo de forma constante, los Hijos de Gaia resisten con sorprendente tenacidad. Sin embargo, esto no significa que estén creciendo, sino que las bajas se producen a un ritmo mas lento. El motivo principal es que esta tribu acepta a todos los Garou que solicitan formar parte de ella. Además, son mas tolerantes y amables con los metis… pues realmente los tratan como iguales. Por lo tanto, son muchos los metis que acuden a ella en busca de aceptación, al igual que diversos hombres lobo varones de las Furias Negras. Finalmente, los miembros de la tribu siempre están alerta buscando cachorros perdidos y, si un cachorro no pertenece a ninguna tribu concreta, los Hijos le proporcionan un hogar.

Los Hijos de Gaia forman manadas holgadas y clanes aun mas holgados. No son tan estrictos como otras tribus en lo que respecta al rango y la jerarquía y, aunque no son puramente democráticos, sus líderes intentan que los miembros del clan siempre lleguen a un consenso. Cada clan cuenta con dos Ancianos que son los primeros en mediar las disputas. Se conocen como la Voz de la Diosa (una hembra) y el Brazo de la Diosa (un varón).

Como tribu, suelen afiliarse en organizaciones medioambientales humanas. Usando una inmensa red de estudiantes, profesores, grupos de presión y otros activistas de la Parentela, han dado grandes pasos para cambiar las actitudes y promulgar una legislación ecologista que, de otra cosa, no hubiera llegado a ser mas que la carta de un congresista “agradeciendo su interés”. Sus esfuerzos por mejorar la situación de los indios americanos les ha proporcionado el respeto de los Uktena y los Wendigo, aunque muchos aun dicen, refunfuñando, que sus esfuerzos han sido escasos y tardíos.

Aunque pocos del exterior de la tribu lo sepan, los Hijos de Gaia están divididos en lo que respecta a la cantidad de educación necesaria o admisible. Un grupo afirma que existen humanos que, aunque no formen parte de la Parentela, están preparados para conocer la verdad sobre los Garou y Gaia; también consideran que (al tener este conocimiento), pueden ser aliados indispensables. Esta facción ha reclutado a algunos individuos selectos, pero les gustaría que esta practica se extendiera.

Los demás se muestran mas precavidos, pues conocen el precio que tendrían que pagar si dejan que la información caiga en manos equivocadas. Además, saben que el resto de la Nación Garou les perseguiría si rasgaran el Velo. Una minoría pequeña pero creciente siente que, de todos modos, ya es demasiado tarde para tomar esas medidas. Opinan que el Apocalipsis ya esta sobre ellos y que solo queda tiempo para concentrar finalmente sus fuerzas. Estos Hijos de Gaia de línea dura consideran que las demás tribus deberían “proponer o callar”, reducir la distancia que hay entre ellos o dejarles libertad para hacer lo que buenamente puedan. Una ultima facción mantiene que, aunque poner fin al Impergium fue una decisión correcta, los Garou deberían haber encontrado otra forma de detener la expansión de la Tejedora.

Afirman que escoger el menor de dos males sigue siendo escoger un mal.

Tristemente, estas divisiones solo demuestran que los Hijos de Gaia lo están pasando peor que nunca ofreciendo la otra mejilla. Se han esforzado en fomentar la paz durante milenios, solo para descubrir que tanto los humanos como los Garou parecen tener una necesidad innata de luchar. A pesar de todos los avances que han conseguido, aun queda mucho por hacer y muy poco tiempo para hacerlo. Por lo tanto, no resulta sorprendente que la amargura haya conseguido avanzar hasta los aullidos de armonía de los Hijos de Gaia.

Apariencia: Los Hijos de Gaia proceden de todas las razas y culturas. Los lupus son fuertes, sus extremidades son ágiles y tienen manchas blancas sobre sus pelajes grises o marrones. Aunque la forma Lupus de otras tribus irradia peligro o una feroz frialdad, los Hijos emiten un aura de paz y serenidad que en ocasiones puede disipar el miedo, además de inspirarlo.

Parentela: La Parentela de los Hijos de Gaia procede de todos los lugares del mundo. Suelen preocuparse y mostrarse activos en temas medioambientales y sociales, proporcionando una red de contactos para sus parientes Garou.

Territorio: Originariamente, los Hijos de Gaia procedían de las culturas de la Medialuna Fértil y de Fenicia, pero la tribu ha viajado durante milenios allá donde era mas necesario. En la actualidad, la mayoría de los Hijos de Gaia consideran que Norteamérica es una excelente base, pero se encuentran diseminados por todo el mundo.

Tótem Tribal: Unicornio

Fuerza de Voluntad Inicial: 4

Restricciones en Trasfondo: Sin restricciones

Dones Iniciales: Compasión, Resistir Dolor, Roce Materno

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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