Dispares – Kopa Loei

Para luchar contra los tiburones, primero debes respirar el agua sin ahogarte.

 

En los días anteriores a que las prístinas arenas blancas de Waikiki fueran siquiera manchadas con las sombras de complejos hoteleros o ensuciadas con las colillas y la basura de millones de turistas, la tierra de Hawai’i y las extensas islas de las gentes de Polinesia pertenecían a los Kopa Loei. Estos magos-sacerdotes, llamados kanakakahuna, usaban sus Artes para vincularse con la tierra y asegurar su fertilidad mediante rituales pensados para honrar a sus dioses nativos y preservar el equilibrio entre el mundo natural y las necesidades de la gente. Algunos entre ellos usaron sus poderes para navegar por las vastas extensiones del Pacífico, conectando las islas y a sus gentes en una inmensa familia extendida.

Por encima de todo, las leyes sagradas de kapu aseguraban que la tierra medrase… y los Kopa Loei retuvieron su poder. Cuando los magos del continente (llamados ahora ha’ole kahuna o “jefes de Ésos-que-no-somos-Nosotros”) invitaron a los Kopa Loei a unirse a su Concilio pálido, fueron diplomáticamente rechazados. ¿Qué tenían que temer los kahuna de estos Tupa Nui, los Grandes Constructores del otro lado de los mares? Mucho más de lo que creían. Los exploradores de avanzadilla de la rama Odiseana de los Exploradores Dedalianos enviaron informes de ricos paraísos habitados por (tal y como los vieron) primitivos salvajes. Usando un antiquísimo truco, estos haka’uhane (“almas vacías”) se hicieron pasar por el dios polinesio Lono, cuyo estandarte era un largo mástil en cruz con largos pendones de tela blanca. El resto, como dicen, es historia.

Como con tantas civilizaciones que fueron “civilizadas” por sus invasores, los polinesios y sus primos de todas las islas cayeron en la enfermedad, la servidumbre y la conquista cultural. Las viejas costumbres se retiraron ante la comodidad y el cristianismo. Los Kopa Loei de hoy en día (los pocos que quedan) ya no son los reyes y nobles del pasado, ni los gobernantes y guardianes de la vida isleña. Siglos de gobierno Tecnócrata se han encargado de ello. Sin embargo, esos pocos kanakahuna y sus parientes que aún viven en el archipiélago de Hawai’i se las han arreglado para mantener un fuerte control de las tradiciones y rituales que los sostuvieron durante siglos antes de la llegada de los ha’oles (Esos-que-no-somos-Nosotros, derivado de una palabra que significa “los que no respiran”).

Aunque la industria turística y militar ha asolado algunos de los lugares más sagrados y de las partes más hermosas de las islas, los Kopa Loei actuales aún logran forjar sitios propios, libres de los desarrolladores ha’ole y los turistas de la Nueva era. Así, trabajan por reponer y reequilibrar el maná, preservar la flora y la vida salvaje y crear comunidades donde los kanaka (tanto Durmientes como Despiertos) puedan vivir como lo hicieron en los tiempos anteriores. Tales comunidades y las leyes de kapu que las gobiernan son esenciales para el futuro de la gente. Conforme los Kene aka nui (“las Grandes Sombras”, es decir, los Nefandos) extienden sus venenos por el mundo, los Kopa Loei, guiados por los oráculos y videntes Kahuna-nui, se preparan para la batalla, no sólo contra los usurpadores Tupa Nui… sino también contra las Grandes Sombras, cuya hambre de tiburón acabará únicamente con olvido.

Organización: Los Kopa Loei se reúnen en imprecisos grupos de kadugos (grupos de parientes de sangre) que van de dos a veinte miembros. Un kupuna (anciano o mentor) enseña a su keiki (hijo) y, aunque éstos no son títulos “oficiales”, son términos reconocidos como fundamentos principales de la jerarquía Kopa Loei. Dentro del grupo, todos los kanaka son respetados. Los Kopa Loei no reconocen ese sinsentido del “despertar”; ciertos kanakakahunas simplemente están más en sintonía y son más poderosos que otros.

Los Kopa Loei siguen tres especialidades tradicionales: los ali’i, hechiceros-sacerdotes que se vinculan con la Tierra y se especializan en Cardinal; los kahuna, magos-chamanes que trabajan con diversas Artes y los he ho’okele moana (“descubridores de caminos”), a menudo mujeres, que navegan el mar abierto y conectan las diversas islas y los baluartes submarinos de los kanaka maoli. En el pasado, los ali’i obtenían el mayor respeto y tenían un sistema de normas religiosas (kapu) para mantener la fertilidad y prosperidad de la tierra y subrayar la deferencia debida a esos líderes. Los kahuna también eran tratados con reverencia, y los descubridores de caminos (Despertados o no) ocupaban el menor nivel de respeto. Sin embargo, hoy en día, esos he ho’okele moana obtienen mucho más respeto debido a sus habilidades para encontrar islas puras en el tan explotado Pacífico.

Iniciación: A diferencia de otras Tradiciones o grupos Dispares, los Kopa Loei tratan la iniciación de sus nuevos ho’omaka como un asunto privado entre cada kapuna concreto y su keiki.

Los estudiantes e iniciados potenciales son exclusivamente nativos isleños (¡no se permiten ha’oles!) que han sido seleccionados a través de su participación en eventos políticos, medios sociales isleños y recomendaciones de otros miembros de su kadugo. Sea cual sea su origen, un candidato potencial debe ser capaz de cantar su kanaenae (oración de adulación a los dioses), lo cual prueba su conexión con la gente polinesia.

Esferas Afines: Los Kopa Loei no creen en las Esferas. En términos de juego, sus Rasgos de Esferas dependen de lo que hacen, no del entrenamiento dado por el grupo.

Focos: Ho’omana fluye por medio de la conexión con la naturaleza, las intenciones sagradas y la pureza personal. Por este motivo, los Kopa Loei no usan por ninguna razón lo que ellos consideran herramientas antinaturales o tecnológicas para obrar su magia. La Creación es Divina y está Viva, se divide entre Orden Divino y Caos Terrenal. La magia descuidada y efectista interrumpe y daña el equilibrio de las sendas naturales (kapahuna) y suele enfadar a los dioses. En todas las cosas, el equilibrio con la naturaleza y las bendiciones de los dioses son esenciales.

Estereotipos
  • Las Tradiciones: No hay duda de por qué los ha’ole kahuna están disgregados, divididos y luchan por sobrevivir. Sin ningún kapu que guíe su guerra con los Tupa Nui, luchan con armas romas.
  • La Tecnocracia: ¿Los Tupa Nui? Los conocemos demasiado bien. Mentirosos y destructores, ellos y los Ke aka nui, las Grandes Sombras, se han convertido en una misma cosa.
  • La Alianza Dispar: Ha’ole kahuna, sin duda, pero al menos ellos no están tratando de decirnos qué hacer ni de robarnos nuestra tierra y costumbres. Combaten a los Ke aka nui como nosotros y, por ello y por ahora, son amigos.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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