Ceoris, la capilla principal de la Casa Tremere, se encontraba en las montañas de Transilvania, en el este de Europa, una tierra en cuyas noches acechaban demonios, hombres lobo y no muertos. De acuerdo con la leyenda, fue el alto y apuesto Goratrix, uno de los más leales seguidores de Tremere, quien, como parte de su búsqueda de la inmortalidad, empezó a estudiar a los Condenados. Los experimentos anteriores con raras hierbas, antiguas oraciones, partes de animales, vírgenes y bebés no habían dado muchos resultados.
Habiendo descubierto la guarida de un vampiro Tzimisce, Goratrix le apresó con cadenas y hechizos, usando la tortura y crueles artes mágicas paca obligar al monstruo a decirle cuanto sabía de la vida vampírica. Prometiéndole la libertad, Goratrix logró que el Tzimisce Abrazase a dos de sus aprendices (que no se presentaron precisamente voluntarios) antes de renegar de su palacra y asesinar al Demonio. Los dos antiguos aprendices, ahora vampiros, fueron llevados de vuelta a la capilla de Goratrix, donde comenzó la experimentación en serio.
Más o menos un año después, en 1022, Goratrix pudo anunciarle a su maestro, Tremere, que había descubierto el secreto de la inmortalidad de los vampiros y, además, un método para brindársela a los magi de la alianza. Reuniendo a seis de sus más íntimos seguidores, Tremere acudió presto la capilla de Goratrix en las montañas. Los preparativos del ritual comenzaron casi de inmediato, y en unas horas llegó a su fin el sufrimiento que Goratrix el Experimentador había infligido a los dos aprendices-vampiro cautivos. La sangre extraída de la pareja asesinada fue preparada de la forma prescrita y, tras prolongados rituales, Tremere y sus siete discípulos ingirieron la vitae.
La pócima golpeó como un martillo a los ocho magi, abrasando sus gargantas. Cuando recuperaron la consciencia, habían cambiado. Aunque, tal y como Goratrix prometiese, habían obtenido la inmortalidad, había sido al coste de sus almas, convirtiéndose en vampiros. Muchos quedaron aturdidos por el cambio; algunos, como Etrius, incluso se horrorizaron al ver lo sucedido, pero Tremere mantuvo una actitud tranquila y filosófica. Más tarde algunos de sus discípulos comentarían entre susurros que su maestro había sabido en todo momento cuál sería el resultado, y que él y Goratrix habían conspirado para convertir la alianza de magi en un nido de vampiros no muertos.
Tras recuperarse y aprender lo que necesitaban, los magi convertidos en vampiros volvieron a sus capillas, jurando mantener en el más profundo secreto su nueva condición. Pero pronto empezaron a extenderse los rumores entre las capillas Tremere y el resto de la Orden. El papel de la Casa Tremeré un las Guerras del Cisma diez años antes, que habían causado la muerte de docenas de magos y cientos de mundanos, fue sometido a un nuevo escrutinio. Algunos dijeron que la druídica Casa Diedne fue destruida entonces para que los Tremere pudiesen poner sus manos sobre algo que les había ayudado en su cambio.