Linea de Sangre – Kiasyd – La Oveja Negra

Un Cainita sabio dijo una vez: «Una verdad contada con mala intención supera todas las mentiras que puedas inventar».

Acabo de mentir, William Blake nunca fue un Cainita. Una lástima; habría sido un buen miembro de nuestra Línea de Sangre. Apuesto que nuestras falsedades se creen con más facilidad que cualquier acto auténtico que pueda presentar, aunque has solicitado verdades y verdades tendrás.

Simplemente no me culpes si no te las crees.

Conoces a los Kiasyd de la actualidad como una Línea de Sangre del Clan Lasombra y estás lo bastante enterado para saber que descendíamos de Marconius, el Fundador de nuestra gente. No hay Kiasyd fuera de ese linaje.

Cualquier teórica debilidad que tengamos o hayamos tenido debida a lazos con las criaturas conocidas como «hadas» o «changelings» es puramente hipotética. Somos más que meros Cainitas, no menos.

Antes dije que quizás no me creyeses. Moja tu pluma; usa el… uhm… tintero de allí. Las palabras que escribas serán mi testamento. Harías bien en referirte a ellas antes de preguntar a otros de nuestra Sangre.

Los trabajos de Marconius

Marconius y su hermana Hrotsuitha eran magi.

Veo que tu pluma ya ha dejado de rasgar. Me has oído correctamente. Los Lasombra no eran conocidos por juguetear con las artes taumatúrgicas, pero es negligente creer que nuestro augusto Clan no hubiese Abrazado a algunos mortales familiarizados con el poder del Abismo.

Marconius y su hermana eran eruditos. Estaban consumidos por la idea de crear el ser perfecto, que poseyera Vitae, los sueños de los changelings y el alma de los magi. Si una mezcla alquímica compuesta de tales gloriosos componentes pudiera ser dada a un sujeto, el organismo creado sería la perfección encarnada y seguramente elevaría a sus creadores a la divinidad.

Oh, el capricho de los magi. Ninguna cantidad de experimentación mantuvo vivos a sus constructos.

En una ironía que incluso ahora amarga a Marconius, fue incorporado al Clan Lasombra a causa de su estatus mortal como noble influyente. Su Sire ni siquiera era consciente de la brillantez alquímica que poseía. Aun así, nuestro Fundador dio uso a sus nuevos poderes como Cainita. Entregó el Abrazo a su hermana, y luego trató de Abrazar a su último experimento.

Siguió sin tener éxito. El embriagador brebaje creado por Marconius era una afrenta a Dios y la ciencia. Tras darle dosis de diversas criaturas maravillosas destiladas, el sujeto fue drenado de su Sangre, antes de recibir la Vitae de Marconius.

El sujeto emitió un centenar de voces del Abismo antes de derretirse en un charco de sustancias oleosas.

Fue Hrotsuitha quien desenredó el nudo gordiano de Marconius. A diferencia de su hermano, se concentró en aprender las verdaderas artes de los Lasombra. Afirmó que los componentes del experimento eran correctos, pero el entorno y mecenas, no. La creación debía realizarse en el propio Abismo, fuera de la vista de Dios y con la bendición de un grupo conocido como los Thallain.

Para entonces, Marconius había perdido toda su riqueza y título en su Clan, y era incapaz de localizar a un sujeto perfecto. Los Lasombra siempre habían sido Cainitas sin miedo de lanzar a sus Chiquillos al barro y dejarlos ahí.

No escribas eso.

En un acto de fe y sacrificio, Hrotsuitha se presentó voluntaria como el sujeto de pruebas definitivo. Con gran tristeza, los hermanos entraron en el Abismo.

El relato de Marconius afirma que dio a Hrotsuitha un impío brebaje de Vitae, hada Oscura, Abismo y Dios sabe qué más, mientras las criaturas de pesadilla viva procreaban y destrozaban todo a su alrededor. Luego la drenó. Nunca le dijo a nadie qué fue de su hermana, pero su destino fue probablemente muy desagradable.

Él volvió, aún un vampiro, pero poseedor de inusuales dotes que le marcaban como algo ajeno a sus compañeros Cainitas. Pero, ¿fue su experimento un éxito? ¿Fue en vano el sacrificio de Hrotsuitha?

El jurado aún está deliberando.

La vergüenza de la familia

Cuando los Amici Noctis descubrieron los actos de Marconius estuvieron muy disgustados, por decirlo suavemente. Había Abrazado sin consentimiento, realizado experimentos en el Abismo sin permiso y había regresado visiblemente cambiado.

Su recompensa por su experimentación habría sido la destrucción si no hubiera sido por la intervención de Boukephos. El Matusalén Lasombra vio algo de mérito en nuestro Fundador y en cambio instruyó que lo encerrasen en una mazmorra, apartado del Clan, pero que se le permitiera continuar su experimentación con el Abismo y bestias de todo tipo.

Vale la pena destacar que llevó 80 años que su confinamiento diera resultado. Durante ese tiempo, las acciones de Marconius fueron misteriosas. Se dice que visitó Castel d’Ombro como invitado, Abrazó a una veintena de Chiquillos, trató de revertir su condición e incluso abrió una puerta permanente al Abismo bajo los Alpes. Desentrañar hechos y ficción en lo que respecta a él es una tarea digna de Sísifo, así que no te molestes.

Los Lasombra trataron de suprimir el conocimiento de la existencia de Marconius pero, de alguna forma, los Toreador de las Cortes del Amor (es algo de la Edad Oscura, míralo) descubrieron sus acciones. Los Guardianes quedaron embargados por la vergüenza. Los Kiasyd no eran dignos del noble Clan de la Noche, por ello fuimos borrados de los anales del Clan y de la sociedad.

Un nuevo amanecer

El asesinato de Lasombra cambió todo eso. El rol de los Kiasyd en la Revuelta Anarquista es menor.

Supuestamente, los Toreador nos ofrecieron protección en torno a cuando Gratiano buscó el consejo de uno de los Chiquillos errantes y libres de Marconius sobre cómo irritar mejor a su Sire, el Antediluviano Lasombra. Podría ser propaganda, para dar crédito indebido a nuestro linaje, pero el Chiquillo (conocido en estas noches como el Arcadiano) jura que es cierto.

Recuerda lo que Blake dijo sobre las verdades y pregúntate por qué el Arcadiano ayudó a un Clan que nos ignoró durante siglos como a chuchos, cuando al parecer existía una mejor oferta de los Toreador.

En cualquier caso, el prisionero en la mazmorra fue liberado una vez la Revuelta Anarquista fue bloqueada y el Sabbat estaba acelerando el paso. Esperamos ansiosos el auge de Marconius desde la negrura para descubrir en qué había trabajado en su largo encarcelamiento bajo Castel d’Ombro.

Por desgracia, Marconius se había vuelto imbécil. Pese al alquimista sin igual que podría haber sido, el Marconius que tentativamente se asomó de su celda era un idiota de manicomio. Tenía miedo de marcharse, y cuando le obligaron, balbuceó sin cesar sobre las cosas con las que había sido obligado a compartir la oscuridad. Cuando me encontré con el Arcadiano recientemente, le pregunté por qué Marconius nunca entró en Letargo. El Arcadiano respondió que, de hecho, lo había hecho, pero no bastó para ahogar los interminables gritos del Abismo.

Con el tiempo, Marconius recuperó algo de compostura. Fíjate que digo «algo». Si alguna vez lo dejaban a solas se ponía acertijos hasta empujarse al Frenesí. A veces, valía la pena escuchar a sus pies para captar perlas de sabiduría entre sus divagaciones por lo demás inanes; pero sucumbió a un estado que llamamos «Confusión». A pesar de los momentos de lucidez, nunca estará completo de nuevo.

Estas noches, Marconius ostenta el título de Príncipe de Estrasburgo. Sí. Príncipe. Más al respecto luego.

Respecto al resto de nosotros, el Sabbat nos dio la opción de permanecer en Estrasburgo con Marconius o migrar ampliamente, limitándonos a dos por ciudad como mucho. No puedo hablar de su lógica, pero la última opción fue la aceptada por los Antiguos de nuestro linaje. Fue la mejor decisión que pudimos tomar.

Éramos libres, y viajábamos tanto que seríamos capaces de convertirnos en expertos en nuestros propios campos concretos, sin miedo o rivalidades encarnizadas haciéndonos volver la cabeza.

Nuestra Secta

Por supuesto, como miembros del Sabbat, se esperaba que participásemos en los Ritae, nos uniésemos a manadas y nos involucrásemos en las travesuras de nuestros aliados menos urbanos. No puedo hablar por todos, pero siento que nunca aceptamos la idea de veneración a Caín o de asesinar a Antediluvianos. Por destrozar una metáfora, diría que era una carrera en la que carecíamos de caballo. En lo que respecta a relaciones diplomáticas, compartimos el ocasional cáliz de Vitae (pero impida Dios que bebamos directamente de las sucias venas de otro vampiro) y participamos en las cruzadas contra la Camarilla.

Recurrimos a las Sendas de Iluminación, ya que la filosofía era un área en la que siempre habíamos brillado. Algunos de nosotros nos arrojamos con fervor a estas Sendas, entregando nuestra eternidad a su estudio. Es una de las pocas áreas en que los Guardianes valoraron nuestra existencia. Cuando comenzamos a codificar las Sendas de Lilith y del Acuerdo Honorable, nuestros parientes se volvieron agradables con nosotros. Aun así, por lo general, nos mantuvimos apartados y continuamos nuestras investigaciones personales sin interrupción.

¡Y qué investigación! La obsesión de los Kiasyd con el estudio se debe a la crianza. Es decir, Abrazamos personas eruditas de diversos campos. El hábito comenzó en 1716, cuando quedó claro que se estaban Abrazando demasiados mentecatos por razones de belleza y destreza marcial. A tales Sires les enviaron duras cartas aquéllos de nosotros que sabían hacerlo mejor, te lo aseguro.

Te ríes. ¿Has leído una de nuestras duras cartas? Pasamos el tiempo descubriendo tratados sobre el Abismo, las hadas y la Magia de Sangre, así como abriendo brecha en el poder que nos concedieron las experiencias de Marconius. Nunca he recelado de las habilidades de nuestro linaje, pero sí sé que muchos se convirtieron en presas de inquisidores mortales a causa de nuestra apariencia. Ser distinto a veces es una cruz.

El Gran Simposio

El tema de la Magia de Sangre surgía repetidas veces en nuestra investigación, empujándonos a reunirnos. Parecía un buen camino al poder a través de la comprensión y pasamos agradablemente a él con nuestras otras preocupaciones esotéricas. En 1666, en la catedral de Nuestra Señora de Estrasburgo, dispusimos el primer Gran Simposio. Esto contravenía las órdenes de los Lasombra de que habíamos de permanecer separados, pero nuestra excitación sobrepasó los pensamientos de soportar tan estúpido mandato.

Nuestros encuentros iniciales fueron espléndidos, con comparaciones amables de estudio sobre refrescantes cálices de rica Vitae. Incluso Marconius estuvo allí, sonriendo y asintiendo, aunque parecía estar muy lejos, con las hadas, si me perdonas la expresión. Fue allí donde Isanwayen presentó a nuestras filas el beber de cuerpos desollados, al explicar que era mejor dejar que la sangre se oxidase que arriesgarse a beber directamente de la sucia piel de un recipiente.

¿No lo has probado? No puedo recomendarlo lo suficiente, en especial de recipientes virginales. El sabor es oro puro. Me he distraído. Ah, sí; Magia de Sangre. Consideramos que, aparte de nosotros, el estado vampírico más avanzado lo ejemplifican los Tremere. Marconius procedía de una herencia similar (aunque no Hermética) y la mezcla alquímica de los depredadores más peligrosos de la Tierra estaba en nuestra Vitae. Parecía probable que con las pruebas correctas podría avanzar más. Marconius comenzó a hablar profusa y sabiamente de los secretos que el Abismo y los Thallain nos concederían. También abogó por contactar con los Tremere.

Ahí es cuando empezaron las discusiones. «¿Nos alterarías más? ¡Míranos!», gritó alguien. «¡Hemos de robar la Sangre de los Tremere como ellos robaron la de los Salubri!» proclamaron otros. «¡Aliarnos con los Brujos es traición a nuestros patrones del Sabbat!», dijo el esporádico Kiasyd que se esfuerza demasiado.

El quid es que en 100 años nos habíamos distanciado, nuestras perspectivas habían cambiado  sustancialmente de unos a otros si alguna vez fueron de hecho semejantes.

El Cuarto Gran Simposio, celebrado en Constantinopla en 1866, fue un cataclismo. Invitamos a un Tremere, ese virtuoso tatuado de Skopie, Pyotr Stanislav. Queríamos que oyera la promesa de colaboración de nuestros linajes para formar vampiros aún más evolucionados que su Clan o nuestra Línea de Sangre. Por desgracia, muchos sintieron resentimiento por su asistencia. Quizás se debió a su inclinación de Secta, o a que los Kiasyd veían el Gran Simposio como un evento exclusivo de nuestra Línea de Sangre, pero el resultado fue el derramamiento de Sangre. Los Kiasyd nos matamos entre sí al permitir que antiguos desacuerdos se convirtieran en batallas. Se destruyó valiosa información en el infierno subsiguiente, muy valiosas investigaciones. Aún lloro al recordar los papeles que perdí.

Oh, Stanislav tampoco salió vivo.

Desde entonces, es difícil encontrar miembros de nuestra Línea de Sangre que confíen unos en otros. Perdimos mucho en el Simposio, y no pocos creen que fue un intento calculado de los «lentos» para sabotear las investigaciones de individuos que les aventajaban. El resentimiento y la guerra civil reverberaron por nuestra Línea de Sangre. Un mes antes del Gran Simposio de 1916, Pherydima encontró toda su disertación sobre los Nombres Verdaderos de entidades del Abismo robada por otro Kiasyd. Se dejaron sellos feéricos en la escena del crimen.

Antaño, una ofensa tan atroz no habría soñado cometerla ni el más bajo Extraño. Nunca se descubrió al ladrón. Se cancelaron los Grandes Simposios durante todo el siglo XX. Por fortuna, se espera que regresen el próximo año. Con suerte, será el inicio de una nueva era. Rezo porque los temperamentos se hayan enfriado lo suficiente para permitir un discurso civilizado, el intercambio de información y de magias de avance que nuestro linaje lleva mucho tiempo esperando.

¿Se ha secado tu tinta? Haz un nuevo agujero, porque ahora entremos en el presente.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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