La Herejia de los Cátaros

Los Cátaros La llamada herejía cátara que se desarrolló en la Francia meridional y alta Cataluña durante los siglos XII y XIII, se llamó también “albigense” por la ciudad de Albi, donde la secta tuvo su principal sede. Las herejías, que fueron reprimidas con mucha fuerza en los países nórdicos, gozaron en cambio de cierta tolerancia en los países meridionales, aunque fueron aprobadas algunas sentencias de muerte contra los herejes más significativos. Esta tolerancia permitió que algunas de tales herejías se propagaran con suma rapidez, como la de los neomaniqueos, que se inició en Tolosa, en la Provenza francesa. A medida que ampliaba su radio de acción, la herejía de los Cátaros, que fue la raíz de otras varias, fue adquiriendo nombres diversos con los que se designaban sus adeptos en las distintas regiones europeas. En el “Midi” francés se les conocía como “albigenses”; en el norte de Francia por…

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Genghis Khan y los Mongoles

El Arte de la Estrategia. El ejército mongol funcionaba con una precisión y efectividad admirables. Se organizaba en decenas, formadas por diez hombres que actuaban juntos en el combate, el saqueo o la obtención de suministros. Cada diez decenas había un jefe, cada cien un kan y cada mil formaban una horda que dirigía un lugarteniente del Gran Khan. Al contrario que todos los ejércitos de la historia, los mongoles no llevaban intendencia en sus campañas, sino que vivían de lo que encontraban en sus marchas. En el desierto sobrevivían bebiendo sangre de caballo. Tenían un hábil servicio de espionaje y utilizaban técnicas que aprendían de sus adversarios, como los elefantes persas o las máquinas pesadas de los chinos. Todos los hombres iban a caballo, y en campañas lejanas cada uno llevaba dos o tres caballos de repuesto. En el saqueo todos eran iguales y tenían derecho a retener cuanto…

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