Los Niños de las Sombras caminan por los días del crepúsculo sin miedo, Ya que nadie puede rivalizar con ellos en su majestuosidad. Nadie puede igualar nuestra ferocidad: La jungla tiembla como el humo a nuestros furiosos rugidos, El Sol nos otorga fuerza para matar a la lluvia, Con un golpe de nuestras zarpas sacudimos la tierra. Nadie puede igualar nuestro Honor: La sabiduría de lo eterno cabalga tras nuestros ojos amarillos, El rastro se dobla tras nosotros entre las sombras de las Alas del Trueno, Recorremos el Viento del Sur entre las estrellas. Nadie puede igualar nuestra Inteligencia: La Muerte nos susurra secretos en oscuros rincones, Escondemos los nombres de las cosas en palabras de niebla y el habla de la nieve, Bailamos locamente en los más ocultos de los lugares. Solo nos inclinamos ante Selene y Gaia; quizás nuestras acciones sustenten a nuestros bienamados allegados. Jaya! ¿Quiénes son…
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