Aethelwulf, Caudillo de Avalón

Gangrel de séptima generación, chiquillo de Cayo Tadio Lupo, también conocido como el Hacedor de Viudas nacido de la Roca, practicante del Camino de los Reyes.

Abrazo: 516 d.C.

Edad Aparente: mediados de la cuarentena Acthelwulf era un thane sajón conocido tanto por su hospitalidad con sus invitarlos como por su ferocidad en combate. Ansioso de historias de otras tierras, entretuvo a muchos viajeros y viajó él mismo siempre que pudo. Pero tuvo pocas oportunidades, pues los sajones se enfrentaron a los nativos britanos y a su caudillo Arteros. La batalla más importante de Aethelwulf también fue la última. Mientras vacía moribundo en el campo de batalla, cayó la noche, y con ella llegaron los lobos. Uno en particular escogió como presa a Aethelwulf… y le condujo a la no-vicia.

Acthelwulf se levantó del campo de batalla y sació su hambre con los pocos supervivientes que quedaban. Horrorizado por lo que había hecho, huyó a los bosques, alejándose de su hogar y de su familia. Duro e inteligente, se las compuso para sobrevivir, pero con cada cacería su autocontrol se debilitaba. Para cuando su señor logró reunirse con él, casi había perdido su alma en manos de la Bestia.

Cayo Tadio Lupo era un antiguo legionario romano, devoto del culto de Mitra. Comenzó a instruir a Aethelwulf en el Camino de los Reyes, y, con el tiempo, llegó a iniciarle en el culto, preparándolo para el regreso del clips. Aethelsrulf se entregó en cuerpo y alma a las enseñanzas y disciplinas del Mitraismo, subiendo rápidamente de rango. También viajó. a Veces con otros Cainitas va veces solo, satisfaciendo su curiosidad acerca de otros países y otros pueblos, no sólo por Inglaterra, sino también por Bizancio. Ultramar, los oscuros bosques de Centroeuropa y las ciudades estarlo italianas. Sus intentos por extender el culto de Mitra encontraron pocos oyentes, pero no abandonó su nuera fe. Después de muchos años, volvió a Inglaterra en busca de lo que quedara del culto, pero no encontró nada: ahora había una iglesia cristiana en su alelen, y el viejo mithraeum de Londres se encontraba tan vacío y frío como una tumba.

No gustándole la soledad, durante los siglos siguientes Aethelwulf se dedicó a servir a varios lores Cainitas, especialmente contra las incursiones de vampiros daneses que trataban de establecer sus propios dominios en tierras inglesas. Bien recibido allí donde se necesitasen sus aptitudes bélicas, terminó enfrentándose a menudo con ambiciosos Ventrue y Lasombra que utilizaban su tozuda negativa a abrazar el Cristianismo en su contra, y se vio forzado a trasladarse. Cuando llegaron los normandos, a quienes apoyaba el Triunvirato, Aethelwulf se había retirado a su último refugio: Chester, dominio de Marro Veras. uno de los pocos Cainitas que compartían la fe del viejo sayón. Se prepararon para defenderse de los invasores, y en las sombrías profundidades del mithraeum prepararon un último ritual en honor del dios… y, esta vez, Mitra respondió.

El regreso de Mitra reafirmó la testaruda fe de Aethelwulf inmediatamente, le juró servirle eternamente, y Mitra lo aceptó (lo que sorprendió a Veras, quien creía que el Gangrel debería haber seguido siendo su vasallo y servir al dios a través de él). Desde entonces. Aethelwul ha probado muchas veces su valía y su lealtad; el hecho de que Mitra camine en el cuerpo de un Cainita no disminuye su fe en la auténtica divinidad del príncipe.

Aethelwulf es alto y tan fuerte como un roble, con una espesa mata de cabello rojizo y barba de igual color. Su gusto sencillo en ropa y armamento no se corresponde realmente con su aguda inteligencia y su genio para la táctica de combate; como jefe de la pequeña fuerza de seguridad que se le permite tener al príncipe, no duda en recordarles a los Barones rebeldes o a estúpidos neonatos que un Gangrel curtido en combate vale fácilmente lo mismo que tres Ventrue.

Cuando Aethelwulf conoció al señor Ventrue que compartía el nombre de su dios, se sometió a él de inmediato, creyendo en la divinidad inherente a él. Aethelwulf sirvió a Mithras durante mucho tiempo como su ejecutor y señor de la guerra, en la Guerra de los Príncipes y más allá. Cayó durante un levantamiento contra el gobierno de Mithras durante la Guerra de las Rosas, haciendo que el propio Mithras entrara en la refriega y estacando al asesino, para que lo dejara arder al sol.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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