Relato – Artesanos

“Así es. Pobre Marianna, buscando a su marido, sola en el ancho mundo”, respondió Paulo, mostrando desprecio y amargura en su tono burlón. Isouda se giró hacia el Magister, que estaba sentado tranquilamente en su lado habitual frente al tablero de ajedrez. Sus rasgos patricios nunca dejaban de llamarle la atención, aunque estuviera enfadada con él. Sin embargo, no era momento de disfrutar de su belleza. “Cuando pierdas a un ser querido y comprendas ese pesar podrás reírte de la desgracia ajena. Me perdonarás si no me uno a ti en tu chanza; Marianna es una hermana tanto por Dios como por mi clan, por muy ridículo que eso te parezca”. “Por supuesto, mi dama. Mis disculpas”. Avanzó una casilla el peón del rey blanco y la miró expectante. La mujer volvió a fruncir el ceño (la falta de sinceridad de su disculpa no quedaría así, pero se ocuparía de…

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Relató – Las Serpientes

Hubo un débil movimiento a espaldas de Ankhesenaten, en la cámara principal de la tienda. Este reconoció las pisadas sigilosas de Goreb, su guardaespaldas en jefe. Con otra genuflexión, Ankhesenaten retrocedió atravesando la estrecha entrada de la cámara y se volvió hacia sus siervos reunidos allí. La cámara principal de la tienda se dedicaba a los asuntos mundanos del día, dispuesta como cualquier otra en un mercado en Francia: presidida por un brasero inclinado rodeado por sillas bajas de madera y taburetes alrededor. En una esquina trasera se encontraban una mesa pequeña y una silla de respaldo alto, para anotar en los libros y hacer cuentas. A lo largo de las paredes se amontonaban cofres de cedro y hierro. En la parte de atrás de la tienda, tras pesados cortinajes, se encontraba también una cama plegable cubierta de mantas y pieles. Cuando el mundo creía que Ankhesenaten dormía, un guardaespaldas…

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Relato – Gangrel

Johannus paladeó el miedo que corría por las ramas retorcidas, nudosas y la maleza del bosque negro, casi podía saborear también el pánico de su presa. Pronto podría hacerlo. El leñador estaba a unos cien pasos, empujando ramas y tropezando con los troncos con gran estruendo, intentando huir inútilmente. Johannus podría alcanzarle en un segundo y lo sabía, pero en lugar de eso, quería disfrutar de la caza. Después de todo, este no era un leñador corriente, se trataba de Wilhelm el Fuerte, el que disfrutaba tanto aterrorizando a los niños del pueblo. A los pequeños les contaba historias de los grandes lobos que se comían a los bebés y a sus madres. A los mayores los llevaba con él a los bosques, supuestamente para enseñarles su oficio, y los utilizaba para sus propios placeres. En algunos casos, su placer era mero terror: les prometía asesinarlos, los perseguía por los…

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Relato Concurso II – «Poniendo las cosas en su sitio»

Estimados a continuación tengo el grato placer de compartir con ustedes el relato ganador del II Concurso de Relatos de Sociedad Nocturna – Secretos Oscuros, el mismo fue escrito por Jose González (Alias el Titere) quien oportunamente gano el Concurso anterior. Por favor disfruten del mismo. Poniendo las cosas en su sitio – D&D Reinos Olvidados Aquella era una tierra rica y fértil. Sus campos eran amarillos, por norma general, o rojos y llenos de vísceras, coincidiendo con las migrañas del Rey, o verdes (también con vísceras, pero mucho más desagradables) si se necesitaba grandes cantidades de sangre de orco para realizar cualquier encantamiento del Hechicero de Palacio. Era por tanto un lugar de grandes cambios cromáticos ambientales.

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Relato Concurso – “A todos, tarde o temprano, nos llega la hora de decir adios”

Estimados a continuación tengo el grato placer de compartir con ustedes el relato ganador del I Concurso de Relatos de Sociedad Nocturna – Secretos Oscuros, el mismo fue escrito por Jose González (Alias el Titere). Por favor disfruten del mismo. “A todos, tarde o temprano, nos llega la hora de decir adiós” (Cuento de Changeling, el Ensueño) La noche estaba vacía. Triste y gris, coloreada por los falsos humores del verano. El muchacho arqueó la espalda y se recostó contra el sofá, los ojos aparentemente fijos en los balcones abandonados del edificio que asomaba tras la ventana. Detrás del cristal sucio había un mundo que no despertaba ya ningún interés. En su interior, una idea se repetía en su mente como chicle mascado, una y otra vez, pero no acertaba a bloquearla, no conseguía fijarla en su totalidad. Sólo sabía que había un agujero negro en su cabeza, algo importante…

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Relato Luca Vizjerei – David contra Goliath

Otro de los mejores relatos del concurso del mes de Marzo del 2005. Espero que lo disfruten tanto como nosotros. -Puedo escuchar la voz, puedo escuchar su voz dentro de mí.- Mientras duermo puedo escuchar la voz, Recordar la muerte que anoche sentí. Despierto, y le busco alrededor, Es inútil, aún está dentro de mí. Me levanto de la cama, renegando del dolor, Me arrodillo, rezo, pienso en lo que ví… Quizá así, no lo se, halle una solución Pero nada podré hacer, por el alma que perdí. Es hora de abandonar, dejar ya de vivir, Dibujar el último aliento en mi corazón. Imaginar en mis labios, sonrisa de amor, Pues ya no existe el tiempo: ha cesado su latir. Caigo, ahora quema la mañana. Lloro, pues mi vida apagaste. Caigo, de mi ya no queda nada. Duele, pues ya poco puede hacerse. Lloro, en el pecho y en el…

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