Linaje Feérico: Sidhe – Arcadianos

«Crees que la nobleza es un privilegio y por ello sientes envidia y resentimiento hacia nosotros, pero no puedes ver que también es una carga que pocos realmente desean portar.» Los Linajes plebeyos estuvieron largo tiempo atrapados en el mundo mortal, abandonados en Concordia mientras los nobles habían huido a Arcadia durante la Ruptura. Cuando los Sidhe emergieron de Arcadia durante el Resurgimiento, esperaban volver a un mundo similar al que habían dejado. Lo que encontraron era drásticamente diferente. Los plebeyos habían logrado medrar sin ellos, desarrollando su propio liderazgo o evitándolo por completo. Esta primera generación de Sidhe Arcadianos retornados tuvo problemas para integrarse de nuevo en Concordia. Eran una raza frágil comparada con los Linajes plebeyos, más proclive a los estragos de la Banalidad y demasiado dependiente de las viejas costumbres. Los Sidhe Arcadianos eran caprichosos y a menudo volátiles, con drásticos cambios de humor y brotes de…

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Linaje Feérico: Clurichaun

«Y ahí estábamos. Yo con un filete en el ojo y Lady Marisol con una bolsa de hielo en el labio, y la panda de Redcaps en el fondo de la habitación iban… ¿O ya has oído ésta antes? Bueno, la contaré de nuevo para la gente del fondo, ya que hay una lección que aprender de ésta.» La historia de los leprechauns (pequeña gente feérica vestida de verde que amontonaba oro al final del arcoíris) proviene de los distorsionados cuentos de los mortales sobre los Clurichaun. Algunos Linajes los compadecen, ya que los ven como víctimas de cientos de años de malas relaciones públicas, pero otros sospechan que es exactamente lo que ellos quieren y lo ven como una tremenda broma que están gastando. Los Clurichaun viven principalmente en Irlanda, aunque también viajaron a Estados Unidos junto con los inmigrantes irlandeses, donde crearon nuevos hogares en ciudades como Boston…

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Relató – Las Serpientes

Hubo un débil movimiento a espaldas de Ankhesenaten, en la cámara principal de la tienda. Este reconoció las pisadas sigilosas de Goreb, su guardaespaldas en jefe. Con otra genuflexión, Ankhesenaten retrocedió atravesando la estrecha entrada de la cámara y se volvió hacia sus siervos reunidos allí. La cámara principal de la tienda se dedicaba a los asuntos mundanos del día, dispuesta como cualquier otra en un mercado en Francia: presidida por un brasero inclinado rodeado por sillas bajas de madera y taburetes alrededor. En una esquina trasera se encontraban una mesa pequeña y una silla de respaldo alto, para anotar en los libros y hacer cuentas. A lo largo de las paredes se amontonaban cofres de cedro y hierro. En la parte de atrás de la tienda, tras pesados cortinajes, se encontraba también una cama plegable cubierta de mantas y pieles. Cuando el mundo creía que Ankhesenaten dormía, un guardaespaldas…

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Relato – Gangrel

Johannus paladeó el miedo que corría por las ramas retorcidas, nudosas y la maleza del bosque negro, casi podía saborear también el pánico de su presa. Pronto podría hacerlo. El leñador estaba a unos cien pasos, empujando ramas y tropezando con los troncos con gran estruendo, intentando huir inútilmente. Johannus podría alcanzarle en un segundo y lo sabía, pero en lugar de eso, quería disfrutar de la caza. Después de todo, este no era un leñador corriente, se trataba de Wilhelm el Fuerte, el que disfrutaba tanto aterrorizando a los niños del pueblo. A los pequeños les contaba historias de los grandes lobos que se comían a los bebés y a sus madres. A los mayores los llevaba con él a los bosques, supuestamente para enseñarles su oficio, y los utilizaba para sus propios placeres. En algunos casos, su placer era mero terror: les prometía asesinarlos, los perseguía por los…

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