Alto Gremio (Grandes Financieros)

El oro compra progreso. Procura arte. Adquiere medicina, construye puentes y recompensa a los científicos. El oro y el comercio son los pilares de cualquier sociedad que se aprecie, y allá donde haya oro debe haber gente que ayude a reunirlo y a distribuirlo. El Renacimiento italiano sería imposible sin el comercio. El grito constante demandando lujos y necesidades creó este tráfico de bienes, culturas e ideas. Si los mercaderes y los banqueros aún se rigieran según las antiguas prohibiciones contra el prestamismo y dejaran el comercio en manos de los reyes y de la Iglesia, Europa aún estaría revolcándose en el barro. Las glorias desenterradas de Roma y Grecia revelan todas las bondades de este intercambio. Mostrando esos tesoros, la Convención del Oro se niega a volver a las antiguas costumbres… ¡aunque sus miembros deban combatir a brujos y clérigos por doquier!

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Los Hijos del Eter

No toda la ciencia tiene que ser el proceso banal y estrictamente reglamentado que pregona la Tecnocracia. Eso dicen los Hijos del Éter, y ponen en práctica lo que predican. Los Hijos del Éter emplean de todo, desde la ciencia inspirada y demente de los fantásticos trabajadores victorianos, hasta lo más vanguardista de la teoría científica alternativa.

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Iteración X

El cuerpo humano es débil, frágil y está sujeto al capricho de las enfermedades y la muerte. Una caída de diez metros puede matarte. El apéndice y las amígdalas no sirven a ningún propósito específico. Es probable que el hígado, el corazón o los riñones fallen en un plazo de un siglo a partir del nacimiento.

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