Dones por Tribu – Wendigo

Los Dones por tribu provienen de la antigüedad. La mayoría de los Dones tribales son enseñados por el espíritu del tótem de esa tribu, aunque a veces es un espíritu aliado a la tribu el que enseña el Don. Dones por tribu Cada tribu tiene sus especialidades y poderes secretos, guardados con celo por los ancianos de esa tribu. Para que un Garou aprenda los Dones de otra tribu, tendrá que tener buenas relaciones con la tribu (al menos con un compañero de manada de esa tribu) y convencer al espíritu apropiado de que usará el Don para el bien de los Garou, no para las disputas intertribales. Nota: Algunos Dones se repiten, por lo que no los he vuelto a poner, sin embargo estarán en las listas de Dones por Raza o Auspicio Wendigo Los rencorosos Wendigo combaten para salvar sus tierras, cada vez menores, de la invasión de…

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Auspicios – Theurge

Los espíritus de Gaia les escuchan Eres el nacido bajo la Luna Creciente. Eres el vidente, el médium, el que habla con los espíritus. Son ellos los que están en armonía en la Umbra, en paz con los siervos de Gaia. Ellos son los guías tribales, son ellos a los que Gaia conduce a viajes místicos que pocos otros Garou podrían comprender. Como los hombres chamanes de las culturas humanas nativas, los theurge permanecen reservados y misteriosos, apartados por la visión que han obtenido de aquello que sólo ellos pueden ver. Sólo ellos escudriñan en la oscuridad del misterio interior y exterior. Los Theurge rara vez se mezclan en los asuntos normales, permanecen murmurando a los espíritus e inmersos en cavilaciones enigmáticos y pensamientos abstractos alejados de los quehaceres más mundanos. Sus dones reflejan una profunda comprensión del mundo espiritual y de su propio yo interior. Se dice que son…

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Relato de Fer – Fuegos en la Noche

Este es el escrito ganador del Primer puesto de nuestro Concurso de Relatos “Fuegos en la Noche”, escrito por Fer. Que lo Disfruten. Herido y humillado, así se sentía Cristian. Había sido perseguido durante tres noches seguidas por esos fanáticos asesinos de cainitas con el tal Guillermo al frente. Por lo que sabía el obispado de Zaragoza había enviado a ese bastardo como Inquisidor a Alagón para investigar al oscuro personaje que desde hacía años (siglos cuchicheaban las chismosas del lugar) habitaba el viejo castillo medieval, ya casi en ruinas, dirigiendo en muchos momentos el destino del pueblo. -Guillermo, ten cuidado, creemos que ese engendro del diablo es uno de esos vampiros que trafican con la sangre y el alma de los buenos cristianos- le había dicho el Obispo. -Monseñor, se perfectamente cual es mi trabajo. Tenga en cuenta que ya me he visto en esta tesitura en otras ocasiones…

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